Debe ser que las siestas no me hacen tan español como debiera. Ahora que Zaplana deja la política le llueven los elogios. Ya lo decía mi abuela. Al burro muerto, la cebada al rabo. Espe está desolada. Dice que es una pésima noticia para España. Dice que este país no puede permitirse perder hombres de tamaña valía. No crean, lo he oído en la radio y parecía que lo decía en serio. Otro sacrificado más. Total por un miserable millón de euros al año. Ahora por lo menos, el bueno de Edu podrá llevar esa vida ostentosa sin que nadie sospeche. Ya saben de aquel propósito que en su día se hizo de llegar a la política a forrarse. Y lo logró aunque seguro que fue a costa de ahorrar las dietas y comerse un emparedado de salami en el escaño. En Telefónica también lo hará, digo lo de forrarse, pero con nómina y cotizando a la Seguridad Social. Me asombra esta capacidad de ciertos políticos para dictar decretos, dar besos en los mercados y rematar un corner. Zaplana fue alcalde, ministro, portavoz, soldado raso y ahora delegado de Telefónica para Europa. Como saben este cargo no existía hasta que el señor Alierta vio que, oh cielos, esa responsabilidad le venía como anillo al dedo. Pues eso, que debe ser que ese espíritu patrio no anida en mi cuerpo, y mira que tiene espacio, y este Zaplana que hoy todos loan a mí me sigue pareciendo un tipo chulo a quien bien se le podría aplicar aquel dicho que reza 'tanta paz lleve como descanso deja'. Zaplana, con ese aspecto de apoderado de novillero, fue protagonista de uno de los episodios más miserables que recordar pueda el Parlamento. A mí esa sonrisita nauseabunda durante la comisión de investigación del 11-M no se me olvida. A Pilar Manjón tampoco ¿De que se reía Zaplana? ¿Sabía ya el sueldo que le esperaba años después? Ya me parecía a mí que lo que a Espe se le antoja una desgracia a mí sólo me puede parecer una bendición.
30 de abril de 2008
ADIÓS MAJETE
Publicado por
cambalache
en
4/30/2008
3
comentarios
Etiquetas: política, telefonica, zaplana
20 de abril de 2008
PROMESAS CUMPLIDAS
Salvo que seas un salmón debe dar gusto ser noruego. En aquel país los políticos cumplen sus promesas. Como será la cosa que Ulf Erik Knutsen se zampó delante de las cámaras de la televisión pública unas pantuflas viejas en pago a una apuesta que había cursado años atrás. El político del derechista Partido del Progreso se había comprometido a darse este singular festín si los gastos de la Casa de la Ópera no excedían de mil trescientos millones de euros. Perdió y en vez de echar la culpa a los periodistas por no entenderle, algo tan español como la siesta, se tuvo que comer sus palabras y de paso las zapatillas. Aliñadas con chocolate; eso sí. Me recuerda mucho a Espe Aguirre cuando juró por su conciencia y honor dimitir si en Madrid había listas de espera en los hospitales. Las hay, pero ella se papeó unos sanjacobos y se quedó tan ancha en su sillón presidencial. Fue cuando la marquesa consorte tuvo la brillante idea de poner en los pasillos de los centros sanitarios monitores de televisión para que mientras veías el teletienda se te olvidaran los dolores de la vesícula. De todos modos, sin ánimo de romper relaciones diplomáticas con la simpática Noruega, un poco raros sí que son. No lo digo sólo por ser políticos y cumplir su palabra que ya sería para ser considerados unos urogallos de la democracia, sino por ese tipo de compromisos ¿Comerse unas pantuflas? No sé en qué niveles anda la gastronomía escandinava pero esas cosas no se le ocurren ni a Ferrá Adriá. Bueno, a los mejor si están caramelizadas y a quinientos euros la tajada igual sí. En fin. Claro que hablando de cosas raras tampoco sé cómo calificaran ellos que nosotros para festejar algunas fiestas patronales tiremos una cabra de un campanario o que, ya que hablamos de políticos, Magdalena Álvarez siga de ministra sin haberse comido una rosca. El señor Knutsen, después de la ingesta de trapo, todavía tuvo esófago para hacer unas declaraciones. 'No ha sido una gran experiencia; estaban muy usadas, parecían las zapatillas de un abuelo', se lamentó. Lo cierto es que ya que le hacían pasar el trago le podían haber puesto las de un niño que por lo menos tiene el pie más pequeño o las suyas propias aunque se arriesgara a ser acusado de canibalismo. Si la derecha española quiere ponerse a la altura de la de la Europa más avanzada ya sabe lo que tiene que hacer Espe. En vez de amenazar con dimitir y quedarse, lo que tiene que hacer es comerse unas botas camperas rellenas de callos con garbanzos. Algo tan ligero como su credibilidad.
Publicado por
cambalache
en
4/20/2008
2
comentarios
15 de febrero de 2008
LA PATIÑO MODERADORA
Si la etimología hace justicia a la palabra moderador lo tengo claro. La Patiño debe ser la maestra de ceremonias del 'cara a cara' entre Mariano y ZP. Andan buscando como enajenados un periodista íntegro. Al final se van a tener que conformar con un periodista español. Por eso mejor que pongan a la Patiño y así, además de las dos caras, tenemos una jeta que representará como nadie a este mi santo oficio. Por no hablar de otra gran ventaja cual es que, entre asunto de Estado y asunto de Estado, nos puede informar de qué ha pasado por fin con la herencia de la Jurado. No olviden, algo imposible si han tenido la ocasión de padecerla, que ella es titulada en Periodismo y lo lleva a gala como si se hubiera doctorado en microbiología molecular en Harvard. María, mona, fíjate el prestigio que tendrá el título que lo tengo hasta yo y el único esfuerzo que tuve que hacer es controlar mi hígado para que no fuera pasto de los efectos de los botellines. Cuanto más lo sopeso más cuenta me doy de su idoneidad mediática. Si, por ejemplo, el debate se enmaraña en un océano de plúmbeas cifras siempre se puede recurrir a un plano corto de esa mítica vena de la Patiño que, cuando se irrita, asemeja su cuello al gasoducto de Argelia. Si Mariano cita a su primo o ZP arquea la ceja acaso sea el momento cumbre para que María nos hable de las múltiples cualidades de esas sartenes que nunca se pegan que anunciaba en la tele (¿o no eran sartenes?). La Patiño siempre da juego o sea que, si me apuran, si Mariano y ZP se bajan al bar a seguir discutiendo nadie les echaría de menos. Ella es capaz de discutir con su misma mismidad y hasta interponerse una querella. Dirán que me mueve una fobia personal hacia alguien a quien ni siquiera conozco. Qué cosas tienen. Yo la sigo y la adoro. Es una enorme suerte para sus colegas de oficio tener entre nosotros en plena juventud a un mito viviente del periodismo. 'Jamás podría imaginar haber tenido el sueldo que tengo', confesó en una ocasión. Legendaria cita. Toda una declaración de vocación y amor a su trabajo. Y ahora, más reposado, les diré que, aunque lo critique, yo amo mi oficio y, simplemente, me repugna que vividores de esta estirpe arrastren por el fango su dignidad. Si la Patiño se tiene por periodista ¿cómo llamamos a los corresponsales de guerra que se juegan el tipo mientras ella se jode una uña en una enganchada con Bárbara Rey? Sin acritud, mona, sin acritud.
Publicado por
cambalache
en
2/15/2008
9
comentarios