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20 de abril de 2008

PROMESAS CUMPLIDAS


Salvo que seas un salmón debe dar gusto ser noruego. En aquel país los políticos cumplen sus promesas. Como será la cosa que Ulf Erik Knutsen se zampó delante de las cámaras de la televisión pública unas pantuflas viejas en pago a una apuesta que había cursado años atrás. El político del derechista Partido del Progreso se había comprometido a darse este singular festín si los gastos de la Casa de la Ópera no excedían de mil trescientos millones de euros. Perdió y en vez de echar la culpa a los periodistas por no entenderle, algo tan español como la siesta, se tuvo que comer sus palabras y de paso las zapatillas. Aliñadas con chocolate; eso sí. Me recuerda mucho a Espe Aguirre cuando juró por su conciencia y honor dimitir si en Madrid había listas de espera en los hospitales. Las hay, pero ella se papeó unos sanjacobos y se quedó tan ancha en su sillón presidencial. Fue cuando la marquesa consorte tuvo la brillante idea de poner en los pasillos de los centros sanitarios monitores de televisión para que mientras veías el teletienda se te olvidaran los dolores de la vesícula. De todos modos, sin ánimo de romper relaciones diplomáticas con la simpática Noruega, un poco raros sí que son. No lo digo sólo por ser políticos y cumplir su palabra que ya sería para ser considerados unos urogallos de la democracia, sino por ese tipo de compromisos ¿Comerse unas pantuflas? No sé en qué niveles anda la gastronomía escandinava pero esas cosas no se le ocurren ni a Ferrá Adriá. Bueno, a los mejor si están caramelizadas y a quinientos euros la tajada igual sí. En fin. Claro que hablando de cosas raras tampoco sé cómo calificaran ellos que nosotros para festejar algunas fiestas patronales tiremos una cabra de un campanario o que, ya que hablamos de políticos, Magdalena Álvarez siga de ministra sin haberse comido una rosca. El señor Knutsen, después de la ingesta de trapo, todavía tuvo esófago para hacer unas declaraciones. 'No ha sido una gran experiencia; estaban muy usadas, parecían las zapatillas de un abuelo', se lamentó. Lo cierto es que ya que le hacían pasar el trago le podían haber puesto las de un niño que por lo menos tiene el pie más pequeño o las suyas propias aunque se arriesgara a ser acusado de canibalismo. Si la derecha española quiere ponerse a la altura de la de la Europa más avanzada ya sabe lo que tiene que hacer Espe. En vez de amenazar con dimitir y quedarse, lo que tiene que hacer es comerse unas botas camperas rellenas de callos con garbanzos. Algo tan ligero como su credibilidad.

7 de febrero de 2008

MARIANO, PRESIDENTE DEL MATTO GROSSO

No es que le tenga yo manía don Mariano y eso que debería porque me hace usted trabajar una barbaridad. No sabe lo mala que es la falta de costumbre. Así y todo le voy a dar un consejo gratis. Más o menos como sus ofertas electorales. Leo con estupor que piensa usted plantar 500 millones de árboles en España ¿No ha pensado en presentarse a presidente del Matto Grosso? Por lo menos la mitad del compromiso ya lo tendría cumplido. Por cierto, como ando de nuevo de mudanza si le sobra un bonsai me lo manda por Seur para el salón. No sé yo si esta espectacular promesa le va a reportar muchos votos salvo que apruebe por decreto este derecho democrático para los perros y los pájaros carpintero. El mío, digo mi perro, va a estar la mar de contento con tantos troncos donde miccionar. Eso sí tanta frondosidad asusta don Mariano. Mire usted que yo soy más de sol que de sombra y a este paso le voy a tener que pedir al Rey campechano que me deje tostarme en la proa del Bribón a menos que también tenga pensado hacernos un jardín el altamar. Cómo le agradezco, no obstante, que vuelva usted a nuestros ancestros. A los tiempos en los que una ardilla podía cruzar la piel de toro saltando de rama en rama. Me pregunto yo qué para qué coño necesitaba la ardilla semejante trajín pero los libros de Historia así lo rezan y no seré yo quien les lleve la contraria. Sí me gustaría, si no es molestia, que nos especificara cada cuantos árboles va a instalar usted un merendero porque yo, que el único campo que aguanto es el Bernabéu, si voy a que me piquen las ortigas y los mosquitos por lo menos exijo una mesa donde comerme los filetes empanados y los pimientos verdes fritos. Si se compromete a ello hasta me pensaré lo de votarle. Cuando se presente en el Matto Grosso, entiéndase.

10 de septiembre de 2007

UN PIÑO, UN VOTO

Tengo que echar cuentas. Es una pena que Ramoncín ande tan liado. Ya saben que se ha querellado contra el universo internaútico por haberle llamado trincón, oportunista y chupacámaras. Todavía no sé con qué sinónimo no está de acuerdo. Lo digo porque de haberle pillado como casi siempre, es decir sin hacer nada, le hubiera pedido el número de su cirujano plástico para que me estirara los pómulos y me planchara las patas de gallo. Con esos arreglillos , unos pantalones de campanaza, la tira de los gayumbos asomando y la gorra puesta del revés igual pasó por un adolescente y me arreglan los piños por la cara. Ya les digo que igual salgo lo comido por lo servido pero todo es probar. Entre las tarifas de los liftings y las de los dentistas no sé que decirles. Es más caro que te quiten las arrugas pero por los menos sales de la clínica aparentando menos años; no como en el piñólogo que sales sin muelas y con una mala hostia que 'paqué'. ZP está dispuesto a que las nuevas generaciones tengan una sonrisa profidén. Desde los siete a los quince años la asistencia dental será por la patilla. Que tienes un curro de mierda, te pagan seiscientos euros y te piden quinientos de alquiler por un zulo con vistas al tendedero te jodes, pero los dientes, aunque sea para enseñar el colmillo, resplandecientes. Ha querido la casualidad que me entere de esta campaña justo en la víspera de mi visita al odontólogo. Al final mira tú que la cancelo y hasta que entre en vigor la gratuidad de la cosa de la caries me calzó una dentadura de vampiro que le compré a mi sobrino para Nochevieja. Total ya no me río de casi nada o sea que apenas se iban a dar cuenta. Como mucho me la tendría que quitar cuando escucho a Mariano que todavía tiene su gracia. Hoy ha dicho que él con el PP puede formar cincuenta o más gobiernos mejor que el socialista. A mí mientras no los forme en España como si se la pica un pollo (con todos los respetos para el pollo). Dicen que la promesa del ministro sobre salud dental es para ganar votos. Tiene su aquel. Como si la que hicieran los otros fueran para ganar el purgatorio. Pues claro que lo es. Gajes del oficio.