10 de septiembre de 2007

UN PIÑO, UN VOTO

Tengo que echar cuentas. Es una pena que Ramoncín ande tan liado. Ya saben que se ha querellado contra el universo internaútico por haberle llamado trincón, oportunista y chupacámaras. Todavía no sé con qué sinónimo no está de acuerdo. Lo digo porque de haberle pillado como casi siempre, es decir sin hacer nada, le hubiera pedido el número de su cirujano plástico para que me estirara los pómulos y me planchara las patas de gallo. Con esos arreglillos , unos pantalones de campanaza, la tira de los gayumbos asomando y la gorra puesta del revés igual pasó por un adolescente y me arreglan los piños por la cara. Ya les digo que igual salgo lo comido por lo servido pero todo es probar. Entre las tarifas de los liftings y las de los dentistas no sé que decirles. Es más caro que te quiten las arrugas pero por los menos sales de la clínica aparentando menos años; no como en el piñólogo que sales sin muelas y con una mala hostia que 'paqué'. ZP está dispuesto a que las nuevas generaciones tengan una sonrisa profidén. Desde los siete a los quince años la asistencia dental será por la patilla. Que tienes un curro de mierda, te pagan seiscientos euros y te piden quinientos de alquiler por un zulo con vistas al tendedero te jodes, pero los dientes, aunque sea para enseñar el colmillo, resplandecientes. Ha querido la casualidad que me entere de esta campaña justo en la víspera de mi visita al odontólogo. Al final mira tú que la cancelo y hasta que entre en vigor la gratuidad de la cosa de la caries me calzó una dentadura de vampiro que le compré a mi sobrino para Nochevieja. Total ya no me río de casi nada o sea que apenas se iban a dar cuenta. Como mucho me la tendría que quitar cuando escucho a Mariano que todavía tiene su gracia. Hoy ha dicho que él con el PP puede formar cincuenta o más gobiernos mejor que el socialista. A mí mientras no los forme en España como si se la pica un pollo (con todos los respetos para el pollo). Dicen que la promesa del ministro sobre salud dental es para ganar votos. Tiene su aquel. Como si la que hicieran los otros fueran para ganar el purgatorio. Pues claro que lo es. Gajes del oficio.

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