9 de septiembre de 2007

¿ES USTED SUPERDOTADO? (digo intelectual)

No caiga usted en el desaliento. Más del noventa por ciento de los superdotados españoles no están identificados. Si es varón no se mire de la cintura para abajo. Me refiero al intelecto. Si quiere algunas pistas para chequearse le diré que nacen con los ojos abiertos, no gatean, escriben con mayúsculas y son muy sensibles ¿Ya se ha hecho el test? Yo como mucho cumplo la mitad. Por gatear, he gateado incluso más a menudo con la mili ya cumplida. Cosas del kalimotxo. Eso sí, sensible una barbaridad. No he llorado yo nada cuando se me ha acabado un buen plato de callos con garbanzos. De todos modos si conoce algún caso le aconsejan que esperen hasta que el nene cumpla al menos tres años. No le vayan a oír llorar a pleno pulmón y me lleven a la criatura a Lluvia de Estrellas como imitador de Plácido Domingo. Un poco de paciencia. Si quiere dejar de trabajar pregúntele su manual de vida a Pocholo. A mi me gustaría haber tenido un vástago como el pequeño Maximiliano (ver foto) quien, con tan solo seis años, ya ha impartido clases magistrales sobre la osteoporosis en una universidad de México. Y eso que todavía no ha empezado Josemari a moldear a sus líderes. Claro que no sé por qué tanto asombro. Con un año menos yo me había embolingado en mi casa bebiendo de un porrón. No crean que es fácil. No salí superdotado pero me sigue gustando el tintorro. Cosa que seguro que Maxi no puede decir de la osteoporosis. Entre las hazañas de estas lumbreras infantiles está haber alcanzado con once o doce años niveles de robótica propios de cuarto de año de ingeniería. Yo lo intenté pero tan solo llegué a descuartizar a mi Madelman y a que mi madre me diera un superzapatillazo en el culo. No crean que es broma lo de la robótica. Dos nenes de diez y doce años asignaron tres semanas de sus vacaciones de verano a asistir a realizar cursos de Nuevas Tecnologías y Robótica en el campus que organiza el Centro para Jóvenes con Talento de la Universidad Europea de Madrid. O sea que dos escolares utilizan casi la mitad de sus vacaciones en estudiar sin que les haya quedado ninguna asignatura y son tenidos por inteligentísimos. No quiero ni saber a qué llaman ellos ser gilipollas. Con todos mis superrespetos.

7 comentarios:

txilibrin dijo...

Pues creo que mi padre cumple alguna, la de escribir en mayúsculas, que me pone de nerviosita... Ya le notaba yo como muy inteligente al pobre hombre, un genio incomprendido... Ahora que me voy con él unos días, le estimularé el cerebro con... Un montonazo de cervezas o algo así...

cambalache dijo...

Pensé que ya habías ido a Praga. Bueno, pues buen viaje

Anónimo dijo...

que se vaya por favor, que ya estamos un poco hasta los .... de la pesada de txilibrin, que creo que no duerme esperando tu artículo para comentar por comentar. por cierto que ya podrías haber heredado algo de tu padre.
A TXILIBRIN LE GUSTA GERMAN, A TXILIBRIN LE GUSTA GERMAN, A TXILIBRIN LE GUSTA GERMAN

Anónimo dijo...

Pues creo que si a estos chavalines no se les detecta a tiempo todo ese rollo de ser superdotado lo pasan bastante mal al encontrarse un poco aislados y solos.

txilibrin dijo...

Hola señor anónimo.
No conozco a Germán, así que no podría decirte si me gusta o no.

Pero, ¿es un delito meterse tarde a la cama?

Un beso, ahora sí que me voy de viaje :D

Virginia dijo...

Coño, Germán, que te adjudican novias¡ La verdad es que estoy con txilibrin: el blog es divertidísimo, Germán tiene un sentido del humor muy fino, y, por lo que veo, es además un buen escritor...¿por qué recunciar a los pocos placeres mundanos?

Anónimo dijo...

Yo no fui superdotado hasta que no descubrí cierto método, acompañado de un artefacto de fabricación sueca. Tres semanas usándolo y mi cabeza está claramente por encima de la media. el resto se ha quedado algo larguirucho, pero espero engrosarlo.