TÍTERES DE CACHIPORRA

No sé a ustedes, pero a mí el culebrón del PP cada día se me parece más a los títeres de cachiporra. Salen a escena los personajillos, sueltan sus sandeces y luego se entoligan entre ellos con una porra en la cabeza. Por si éramos pocos hoy ha hablado el oráculo de las Azores. Josemari ha dejado por unos momentos de levitar y se ha acercado a esa maquinaria de ideas transgresoras que es la Fundación Faes. En ese marco incomparable, el ex estadista y actual intelectual de vanguardia ha sentado cátedra. Entre otras revolucionarias teorías ha venido a explicar que la confianza es muy importante. Me lo va a decir a mí que llevo años con el mismo frutero. No contento con esa enjundiosa aportación también ha asegurado, así como quien no quiere la cosa, que es muy importante contar con los mejores. Cuentan que ni siquiera se lo llevaba preparado y, así y todo, ahí sigue sumando sabias citas y aforismos para los futuros tacos Myrga. Es asombroso comprobar con qué modestia exhala por debajo de su mostacho estas pinceladas de genialidad. De todos modos, sin quitar importancia a la confianza y al acierto de contar con los mejores tampoco es descabellada la posibilidad de ser un mentiroso, gobernar rodeado de marmolillos y llegar a ser presidente de algún país. Ejemplos no muy lejanos hay. No aquí, por supuesto. Miren hasta dónde llegará el poderoso influjo de Jose que hasta la señora esposa de Toñín Blair, la entrañable Cherie, dice en sus memorias que el jefe de gobierno de España fue en su momento un referente para su santo esposo. Vamos, que tenía en la alcoba un póster a tamaño natural, es decir no muy grande, de Ansar junto a la diana con los dardos y la bufanda de la selección inglesa. Es más que cierto que este ingrato país no valora lo que tiene hasta que deja de tenerlo. Sin ir más lejos ¿Quién no echa de menos a Fradejas? (si eres menor de cuarenta consultar Google).

MARIANO I EL SACRIFICADO

De siempre he admirado esta capacidad de sacrificio que atesoran algunos políticos. Mariano no ha sido una excepción. En un ejemplo de patriotismo que deja a Manolo el del Bombo a la altura de Carod Rovira ha anunciado que sigue no por su bien sino por el de España. Los libros de texto de la ESO darán con los años testimonio de esta histórica decisión. No crean que no tiene mérito ya que, como sabrán, Mariano es registrador de la propiedad y hay que ser muy patriota para renunciar a tan apasionante oficio para entregarse en cuerpo y alma a este país de cómicos y titiriteros. Sólo falta que Chikilicuatre gane Eurovisión para que España vuelva a refulgir en el mundo como en los tiempos de los tercios de Flandes. Sólo los malpensados pueden creer que esta grandilocuencia obedece a la vanidad de Mariano. Todos sabemos que este hombre campechano es más de carajillo, puro y Marca y que si se rebaja a debatir con ZP y a presentarse a las elecciones robándose tiempo a sus 'hobbys' no es porque le plazca sino porque España se lo demanda. Lo hace por el bien del PP y de España que, ya saben, que es casi una redundancia. O eres del PP o eres un peligroso radical o, como mucho, puedes ser socio del Círculo de Lectores. Como todo no podían ser buenas noticias al parecer peligra la continuidad de Zaplana y Acebes. Qué ingrata es la política. Al final se verán abocados a participar con Joselito en la próxima edición de Supervivientes y entonces nos arrepentiremos de haber perdido a estos dos enormes estadistas.

LA DURA VIDA DE UN INTELECTUAL

Acabáramos. Cómo habré sido tan necio para no darme cuenta. Ese bamboleo de las gafas en su mano, ese don de lenguas, esa mirada abstraída en sabe Dios qué cavilaciones presagiaba algo que yo no supe descifrar. Ha tenido que ser Ana Bottle quien me abra los ojos ante tan grandiosa revelación. Dice ELLA que su marido lleva una vida de intelectual. Sí, sí, el mismísimo Josemari. No se rían. No saquen conclusiones por aquel 'estamos trabajando en ello'. Al fin y al cabo no dejaba de ser una cita tomada de los clásicos Pixie y Dixie que, a buen seguro, leería en un tebeo en las pausas que se tomaba para devorar las obras completas de Cicerón. Ana lo confiesa en una entrevista que le concede al diario italiano L' Stampa. "Él, dixit ella, no tiene nostalgia del poder porque siempre ha querido llevar la vida de un intelectual: leer, escribir y dar conferencias". Conmovedor. Se le olvida que los intelectuales también suelen pensar y tener capacidad crítica pero, con la estatura de su esposo, tampoco vamos a pedir que venga 'full equipe' de serie. Además el aprendizaje de idiomas le roba mucho tiempo. Claro que para intelectual el autor de la entrevista que define a Bottle como la Hillary Clinton española. Es lo que tiene la fantástica Italia de Fellini. Con objeto de apuntalar ante el periodista la voracidad intelectual de Jose, Hilaria Bottle le asegura al periodista que, en cuanto salió de Moncloa, se puso a estudiar inglés con un interés increíble. Lo cierto es que ha merecido la pena y le ha lucido una barbaridad. No hay más que oírle hablar el idioma de Shakespeare con acento del indio Jeronimo para evidenciar que su capacidad de asimilar conocimientos sólo es equiparable a la que tiene para decir bobadas. Claro que si no hubiera aprendido inglés digánme de qué podría hablar, de intelectual a intelectual, con Geeeooorggeee Bush después de lustrarle los zapatos y llevarse una propinilla. De todos modos no descarten que en en este afán por ser un intelectual incluso se haya memorizado las citas de los seis primeros meses del taco Myrga o haya ido al VIP's a hojear unas cuantas solapas de libros. Le veo hasta capaz de haberse visto toda la flimografía de Ozores subtitulada en inglés para perfeccionar. No le ha servido de nada pero ¿y lo que se habrá reído con esas joyas del cine de arte y ensayo? Lo malo de esto es que, a pocos días de iniciarse la campaña y con el influjo que todavía tiene en su partido, ya me veo a Pujalte en una librería o a Mariano leyendo un artículo sobre el cambio climático para discutir con su primo. Todo sea por tener algo de conversación cuando compartan mantel y Ribera del Duero con el intelectual del partido. Debe acojonar estar comiéndote un torrezno y no saber si Jose te va a decir que está cojonudo o va a disertar sobre la repercusión del colesterol en la España de las nacionalidades. Es lo que tienen los intelectuales. Son imprevisibles y, por lo que se ve, bajitos.

¿DÓNDE SE ESCONDE TANTA VERGÜENZA?

He tardado unos días en dar la cara porque, sinceramente, se me caía de vergüenza. Hasta ayer tenía una razón doméstica e intrascendente. El sábado fui en chandal a Ikea y no contento con ello me atreví a colaborar en el montaje de una estantería. Para lo que hemos quedado los intelectuales de vanguardia. Desde ayer el sonrojo es aún mayor. No es que haya colgado unos dados de peluche en el espejo retrovisor. Qué va. Ojalá. Mucho peor. Mucho más grave. Asistí al minuto de 'silencio' más bochornoso que recordar pueda y, por desgracia, ya he estado en muchos actos de esta naturaleza. Allí estaban aquellos que llaman exaltados aunque en realidad son energúmenos. Allí estaban las señoras de cabello cano y lacado enseñando como hienas sus dientes postizos de porcelana cara. Allí andaban los patriotas llamando maricón a un concejal, llamando asesinos a políticos elegidos en las urnas, llamando hijos de puta a todos aquellos que piensan que la intolerancia no es la solución sino la parte más importante del problema. Allí estaban los rostros de odio que no deben distar mucho de los que modelan los terroristas cuando aprietan el vil gatillo. Sentí asco. Mucho asco. Allí estaban ellos pero también quienes alientan su intransigencia. Quienes riegan cada mañana las raíces de su ira. Allí estaban en silencio, con ese rictus institucional que se les pone cuando quieren aparentar lo que ni han sido ni serán capaces de ser jamás. Por muy cerca que estén las elecciones, por mucho temple impostado que les requiera la cita con las urnas ya no engañan nada más que a quien quiera vivir en la presunta placidez de no pensar por su cuenta a ver si se va a llevar la contraria. Allí estaba Acebes, allí estaba Astarloa, allí estaba el PP. No era momento para sonrisas pero a buen seguro que alguno se tuvo que llevar la mano a la comisura de los labios para contenerla cuando esas bestias pedían la dimisión del presidente. No les culpo de las barbaridades ajenas pero sí de sus propias imprudencias. A las pocas horas de enterrar al joven asesinado por los fascistas de ETA, el alcalde de un pueblo leonés clamaba que de este atentado era más culpable el Gobierno que los terroristas ¿Adivinan a qué partido pertenece? Luego nos echaremos las manos a la cabeza, pero a mí ya no me basta con tanto tic de hipocresía. (NOTA: No les quiero dar mucha envidia pero mañana parto hacia las playas del Sur, intentaré estar en contacto; en caso contrario saludos y hasta el lunes)

No siento las piernas

Todavía no me he recuperado del sofocón. Aún me tiemblan las piernas. Ni las siento. Acabar de ver el video del PP y llamar al supermercado ha sido todo uno. Me he dejado la 'extra' por adelantado pero todo sea por mi seguridad. Latas de conservas, legumbres, papel higiénico y 'litorales' por doquier para llenar la despensa y poder refugiarme en casa. Con mucho dolor y lágrimas en los ojos me he visto obligado a disecar a mi sultán para no tener ni que sacarle a miccionar. Ha quedado muy mono sobre el televisor con la patita levemente levantada pero no es lo mismo. Las calles arden, el caos se ha apoderado de la ciudad, los vándalos campan quemando coches y asaltando ancianas. El PP ha dejado a Tarantino a la altura de las películas de Marisol. Uno no sabe si es un vídeo del PP o un resumen de Apocalipsis Now. Jesús, María y José. En qué pais vivimos y yo sacando dinero del cajero. Que suerte he tenido. Nadie me ha clavado unas tijeras en el cuello mientras otro me rociaba de gasolina y me quemaba vivo para tirarme en medio de la calzada con el fin de que me arrollara un coche y rematarme. Así están las cosas. Adivinen quién tiene la culpa. Exacto. Les he dejado lo mejor para el final. Es tal el caos que invade la patria que al final se han liado. Muchas de las imágenes utilizadas para el panfletillo son de cuando Jose era presidente y Mariano ministro del Interior. Me descojono ¿Cabe mayor ridículo? Por supuesto, amigos, no olviden que hablamos del PP.