Un chino ha inventado una maceta para perezosos. Un sofisticado sistema de riego permite que con regar dos veces al año cumplas. Es decir como la vida sexual de muchos matrimonios pero con olor a jazmín en vez de a calcetines con trienios. De todos modos los chinos saben poco de cómo somos los vagos. Es más, un vago de Pekín aquí pasaría perfectamente por una persona hiperactiva. No hay más que ver el horario de sus tiendas o lo que tardan en traerte un cerdo agridulce antes incluso de que lo hayas pedido. Un vago de verdad, digamos para darle mayor énfasis un vago con dos cojones, es capaz de comprarse la semilla del geranio, plantarla, ir luego a un balneario para recuperarse de tan colosal esfuerzo, y, ya más relajado, esperar tirado en el sofá hasta que las primeras y tímidas raíces asomen entre el mantillo. Allí, espatarrado en el sofá con el bote de Mahou apoyado livianamente sobre la barriga a uno le da tiempo a meditar sobre lo divino y lo humano. Una especie de filosofía zen pero interrumpida a menudo por un rebelde eructito y umas masticaciones de panchitos. Qué sabrán los chinos de vagos. Lo mismo que yo de la vida sexual de Confuncio. Claro que no debía de tener ni tiempo de copular. Todo el día madurando citas y total para acabar impresas en el Myrga encima del número de teléfono de Telepizza. Ya ves tú. Tanta espritualidad y tanta leche para acabar así o, lo que es mucho peor, cerrando con tu cita el informativo de Sánchez Dragó que de tanto zen y tanto zan ya ven cómo se ha quedado. Cómo para comerse ahora un par de rollitos de primavera. Yo soy más de fabada. A veces, no crean, uno es capaz de levitar con sus propias flatulencias.
27 de noviembre de 2007
25 de julio de 2007
UN CHINO 'ENROLLAO'
Publicado por
cambalache
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7/25/2007
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26 de enero de 2007
Pollicidio en China
Debe ser un trauma creer que tienes un hijo y haber engendrado en realidad un arma de destrucción masiva. Que se lo pregunten al butanero de Jiangsu. Aunque lo parezca, no es el título de una de estas películas chinas que premian en los festivales de cine por el simple hecho de ser china (también vale iraní). El señor Xu (para que se va a molestar más en el apellido) ha tenido que soltar ciento ochenta euros por tener un niño superdotado. No es que le haya matriculado en una escuela de educación especial. Es que el jodido niño tiene unos pulmones privilegiados y se ha cargado a gritos a cuatrocientos cuarenta y tres pollos. Se dice pronto. Como lo oyen y nunca mejor dicho. Papa Xu se llevó al retoño al reparto de bombonas. Entró en una granja, dejó al pequeño Pavarotti fuera, se acercó un perrancano y al nene le entró la sofoquina. Resultado: una masacre a la altura de la gripe aviar. Los pollos, histéricos por la frecuencia del grito, empezaron a corretear unos sobre otros y se aniquilaron entre sí. Lo peor está por venir. Baste recordar que Xu junior tiene cuatro añitos y que sus pulmones andan todavía en pañales. No le quiero ni imaginar en un campo de fútbol animando a su equipo. En unos años deja a su superpoblado país con el mismo censo que San Marino. Algo habrá que hacer. No digo yo que le corten las pelotas para que la voz se le quede fina y evitar así un holocausto asiático, pero el 'pollicidio' sienta un preocupante precedente. El padre debe andar acojonado. Cualquiera le niega la paga al chavalín. Te mete un grito en casa y te revienta los cristales. Y eso que los chinos suelen ser de estatura más bien recogida y su capacidad pulmonar debería ser acorde a su escueto tronco (salvo el Yao Min ese de la NBA que deben ser siete chinos a hombros con una camiseta larga). Estamos sin duda ante un prodigio de la naturaleza. El Nacho Vidal de los decibelios. Se me ocurre que al pequeño Xu le podríamos traer a España para foguearse ¿Le imaginan un cara a cara con María Patiño?
Publicado por
cambalache
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1/26/2007
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