26 de enero de 2007

Pollicidio en China

Debe ser un trauma creer que tienes un hijo y haber engendrado en realidad un arma de destrucción masiva. Que se lo pregunten al butanero de Jiangsu. Aunque lo parezca, no es el título de una de estas películas chinas que premian en los festivales de cine por el simple hecho de ser china (también vale iraní). El señor Xu (para que se va a molestar más en el apellido) ha tenido que soltar ciento ochenta euros por tener un niño superdotado. No es que le haya matriculado en una escuela de educación especial. Es que el jodido niño tiene unos pulmones privilegiados y se ha cargado a gritos a cuatrocientos cuarenta y tres pollos. Se dice pronto. Como lo oyen y nunca mejor dicho. Papa Xu se llevó al retoño al reparto de bombonas. Entró en una granja, dejó al pequeño Pavarotti fuera, se acercó un perrancano y al nene le entró la sofoquina. Resultado: una masacre a la altura de la gripe aviar. Los pollos, histéricos por la frecuencia del grito, empezaron a corretear unos sobre otros y se aniquilaron entre sí. Lo peor está por venir. Baste recordar que Xu junior tiene cuatro añitos y que sus pulmones andan todavía en pañales. No le quiero ni imaginar en un campo de fútbol animando a su equipo. En unos años deja a su superpoblado país con el mismo censo que San Marino. Algo habrá que hacer. No digo yo que le corten las pelotas para que la voz se le quede fina y evitar así un holocausto asiático, pero el 'pollicidio' sienta un preocupante precedente. El padre debe andar acojonado. Cualquiera le niega la paga al chavalín. Te mete un grito en casa y te revienta los cristales. Y eso que los chinos suelen ser de estatura más bien recogida y su capacidad pulmonar debería ser acorde a su escueto tronco (salvo el Yao Min ese de la NBA que deben ser siete chinos a hombros con una camiseta larga). Estamos sin duda ante un prodigio de la naturaleza. El Nacho Vidal de los decibelios. Se me ocurre que al pequeño Xu le podríamos traer a España para foguearse ¿Le imaginan un cara a cara con María Patiño?

No hay comentarios: