11 de enero de 2007

Que vuelva Joselito


Nunca me he creído mucho la pertinaz crisis del cine español. Es más, he visto bodrios de tal calibre que mejor hubieran aprovechado los metros de celuloide para rodar la ceremonia de apareamiento de las libelulas o un campeonato del mundo de ajedrez. Hubiera resultado más transgresor y entretenido. Qué valor. De todos modos es que no andamos listos. Luego nos quejamos de la colonización americana, pero es que ellos, en esta materia y sin que sirva de precedente, son gente avispada. Mientras nosotros tenemos en el ostracismo más absoluto a Joselito, mito patrio donde los haya, ellos rescatan del baúl de los recuerdos a Rocky Balboa e Indiana Jones. Poco importa que Sylvester esté ya más para combates de sumo que de boxeo o que Harrison se arriesgue a una severa lumbalgia al primer golpe de látigo. Gente sin complejos. A buen seguro, Joselito ya no atesora esa voz de ruiseñor ni sus dotes interpretativas obedecen al método del Actor´s Studio, pero un país que consagró como actor a Emilio Aragón o ha dado una oportunidad a Fran Perea no puede andarse ahora con exigencias. Además siempre puede recurrir a los libros. Es lo que ha hecho Paris Hilton. Le han dado un papelito en una peli y está tan volcada en su nuevo oficio que se ha comprado un tocho de cómo aprender a ser actriz en veinte días sin que se te quemen las lentejas. Como recordarán, Joselito mutó de ruiseñor a presunto camello (no me refiero a que participara en ninguna Cabalgata) y desde entonces nunca más se supo. Así somos. Olvidadizos y desagradecidos. Sin embargo, en los eeuu es otra cosa. Si Indiana no puede correr como en sus tiempos mozos cuando es perseguido por una manada de leopardos en vez de jubilar al actor se cambian los felinos por galápagos. Ven que fácil. Que Rocky no tiene media hostia pues antes de noquearle con el crochet final su adversario éste se irá del ring al darse cuenta que se ha dejado abierto el grifo del baño. Puede parecer una gilipollez, pero ¿no nos creíamos lo de Mary Poppins? Luego siempre vamos detrás como los huevos de los galgos (que decía mi abuela) y querremos reinsertar a Poli Díaz para La Isla de los Famosos. Así nos luce el pelo. Tarde, mal y nunca.

No hay comentarios: