JETA, MUCHA JETA

A la espera de la llegada de su monopatín, Feijóo también usa un flamante y caro coche oficial. Ahora que ya es el campeón le molesta que se repare en lo que cuesta o si tiene ruedas como el de Touriño o el suyo lo levantan a pulso aguerridos militantes del PP. Lo que en campaña era categoría ahora es mera anécdota. Lo que ho ha cambiado es la jeta que le echan algunos. Pongan los nombres o los partidos que igual me da que me da lo mismo. Se ve viene a la mente, por ejemplo, que el señor Urkullu llame 'golpe institucional' a que Patxi quiera gobernar cuando Ardanza, creo que del PNV, fue lehendakari en una ocasión con dos escaños menos que los socialistas. Más que golpe institucional estaríamos ante un golpe en la cabeza con el consecuente desorden neuronal. O eso o el mismo cuadro que don Feijóo. Jeta. Mucha jeta. Hasta que Touriño llegó a la Xunta nadie usaba coche oficial. De hecho, don Manuel, como hombre de su tiempo cuaternario, iba al curre en calesa. Con lo del coche y lo de los muebles del despacho, sin duda dos defecaciones del bipartito, Feijóo, alentado por esos medios tan partidarios del mobiliario Ikea, se apañó buena parte de la campaña. Y le salió bien. Ya les digo que los directores de esos diarios que se echan las manos a la cabeza por el despilfarro se sientan en sillones Luis XVI y luego firman y lacran el despido de la mitad de la plantilla. Son los mismos que claman contra los viajes gratis de los políticos mientras ellos no pagan uno desde que el troncomóvil era línea regular. En fin. Jeta. Mucha jeta. Debe ser el sino de los tiempos.