JE SUIS DESOLÉ

Camino del Sur, de la mar, con sol y casi veinte grados y, aún así, estoy desolado. El 'je suis desolé' de toda la vida. Los socialistas vascos han ganado un escaño y no tendrán de depender de Rosa Díez. Bien pudiera haber dicho del diputado que encabezaba la lista de UPD o como diablos se llame, pero no. Rosa Díez deja a Luis XVI a la altura de un cooperativista. El partido es ella, la ideología es ella, la razón está en ella y a qué cámara miro para que se me vean bien los zarcillos es más ella que nada. Es una pena que Patxi no precise de sus enormes aportaciones a la solución del conflicto vasco. Como no hay mal que por bien no venga ya tendrá listo el patinete para ir de plató en plató lamiéndose las heridas de la injusticia que supone que ella, nada menos que ella, no tenga más misión en el Parlamento vasco que pulsar un botón si la pertinente cabezada no se lo impide. Es lo que tiene la democracia. Fíjese si será magnánima que a usted le permitió trincar durante años pedazo de sueldazo en las Europas mientras ponía a escurrir al partido que le llevó en sus listas. De todos modos se intuía que a usted el Viejo Continente se le quedaba pequeño y eso que, si le sacan dos metros de Euskadi o las Vascongadas, como prefiera, no se le conoce ni siquiera su opinión sobre la pugna eurovisiva de Melody y Soraya. Eso sí, lo rentabiliza como nadie. Las cosas como son. Más que Uri Geller el número de las cucharas. A decir verdad deberían contar con usted haga falta o no. O con Savater ahora que han vuelto las carreras al hipódromo. No estaría mal que con esta crisis alguien nos asesorara sobre a quién apostar.