20 de mayo de 2008

MARAVILLAS DE LA CIENCIA



Mi mayor acercamiento a la ciencia fue completar en mi infancia el álbum de cromos 'Vida y color'. Quizás por ello jamás he entendido a los científicos. Es lo que tenemos los humanistas. No es fácil asimilar que uno dedique años de su vida a examinar la defecación de un chimpancé para ahondar en la teoría de la evolución cuando todo el mundo sabe que el mono es un alumno aventajado del ser humano. Si antes les comprendía poco ahora mucho menos. Un laboratorio australiano ha logrado repescar los genes del tigre de Tasmania que, a la sazón, es ese bicho tan feo que ilustra estas reflexiones. Ya puestos ¿por qué no lo han hecho con los genes de Ava Gardner? No se crean. Los tíos andan tan felices como si hubieran descubierto la manera de darte de baja en una compañía de móviles con tan solo una llamada de teléfono. Menuda gracia. Yo no quepo en mí de gozo pensando que por los experimentos de estos individuos corro el riesgo de encontrarme en un bosque a esta alimaña persiguiendo a dentelladas mis propios huevecillos. Me descojono. Claro que a mí no me pillan en el campo, salvo que sea el Bernabéu, a no ser que me secuestren y me tiren entre unos matorrales. No contentos con esta hazaña científica su próximo reto anunciado es resucitar a los dinosaurios. Bueno, en eso les llevamos gran ventaja en España. Nosotros ya lo hicimos con Fraga y Marujita Díaz. Sin duda esta resurección del brontosaurio responde a un clamor mundial. Algo de lo más práctico. Lo peor no es que lo hagan sino que presuman de ello. Cuánto mal ha hecho el Quimicefa. Por el momento, los genes que han encontrado de este tigre desaparecido hace setenta años se los han colocado a unos ratones que, intuyo, ahora deben tener una mala hostía tremenda. Vamos, que te acercas a darles un tranchette y te dejan la mano hecha un muñón. Salvo Mickey Mouse y Stuart Little dudo de que haya algún ratón contento con su destino. Con mucha razón pensarán que por qué estos maravillosos genes no se los introducen por sus respectivos esfínteres los susodichos científicos y les dejan en paz ¿A qué no se atreven a hacérselo a los leones?

3 comentarios:

Margarida dijo...

�Y eso es un tigre?. Joder..parece un hibrido de galgo y gato rubio domestico...como anda la ciencia MAMA!!!

cambalache dijo...

La verdad es que tienes razón. Parece que le han comprado disecado en un todo a cien

paredes dijo...

Pues sí que es feo "er bicho"