UN REFERENTE JUVENIL

No sé quién fue el intelectual que dijo que la tele era perniciosa para los niños y jóvenes. En Holanda no. Sea porque allí nunca llegaron los programas de Letizia Savater o sea por lo que sea el caso es que el amigo Yde, que ya mereciera unas líneas en este cuaderno por su magistral idea, ha hecho caja y se ha llevado casi once mil euros en mes y medio por sobar delante de su webcam. Más incluso que un diputado por hacerlo encima de su escaño. Dice el chavalote, de ahí el prólogo catódico, que se le ocurrió mientras veía un reality show. A buen seguro vería en la pantalla a Van Potxolo o similar y, después de asombrarse con ese referente generacional, barruntó que su objetivo en la vida era 'forrarse sin mover un dedo'. Luego dicen que la juventud no tiene inquietudes. Dado que el hombre no pertenece a la realeza ni en los Países Bajos está de moda especular con el suelo, Yde tuvo que echar mano de su imaginación. Pensó que lo que más le motivaba en la vida era dormir. Bueno, también el sexo pero, a pesar de su edad, consideró complicado estar veintitrés horas ñiki ñiki por no hablar de que luego tienes que repartir como mínimo a medias el botín salvo cansino onanismo. Se metió en la piltra, anunció su gesta y, a partir de ahí, a ganar pasta mientras dormía. Como la Duquesa de Alba pero con la cabellera adecentada. Dice Yde que la cosa parece fácil pero que tiene su aquel. Por el momento no sale del sobre más que para ir al tigre ya que come en la cama pizzas y hamburguesas con lo que molestan luego las migas en las sábanas. Claro que también tiene ventajas para sus padres que no tienen que ir a despertarle por las mañanas ya que en vez del habitual 'déjame cinco minutos más' el chaval pedirá un mínimo de cinco años habida cuenta de la rentabilidad financiera de sus ronquidos.