13 de abril de 2008

GABINETE ¡VIVA LA GENTE!

Qué rara es la política. No lo digo sólo porque Pujalte se haya afeitado el bigote. Lo digo por el nuevo gobierno de ZP en el que, por cierto, no está un servidor . Se me está pasando el arroz ministerial. Con lo que me gustaría a mí llevar en una de esas carteras tan molonas el termo del kalimotxo y los donettes o utilizar el coche oficial para ir a la compra en el Carrefour. En fin, no se puede tener todo. Si el Señor tuvo a bien concederme este prodigioso físico y este singular gracejo tampoco voy a ser más exigente y le voy a pedir, por ejemplo, el teléfono de Leonor Watling o la réplica de algún órgano de Nacho Vidal. Me da la impresión que ZP ha nombrado un gabinete tipo 'Viva la gente', un grupito de amiguetes capaces de sacar las guitarras de las fundas de cuadros escoceses después de los Consejos y marcarse alguna cancioncilla del estilo 'Un pueblo es, un pueblo es, un pueblo es...". Ya me veo a Solbes, Moratinos y Rubalcaba pasmados mientras los jovenzuelos ministros bailan por encima de la mesa esquivando los dossieres. No digo yo que los colegas buenrrollistas tengan que ser necesariamente pésimos gestores pero alguna cosa sí que me escama. ZP ha colocado por fin a Miguel Sebastián. Después del descalabro en Madrid ahora ya le podido regalar su particular huevo Kinder con una sorpresa que no era tal pues estaba más que cantado. A esto me refería cuando hablaba de lo rara, rara, rara que es a menudo la política. Es difícil imaginar que en cualquier curro a un auxiliar administrativo, después de cagarla al pasar a limpio el balance de la empresa, en la primera promoción que surja le nombren director general de la compañía. En política no. Te presentas como candidato a la Alcaldía, te comes en un debate televisado un sideral ridículo, pierdes por goleada, te retiras y, en recompensa a tan deslumbrante currículo, te hacen ministro. Vaya por delante que no tengo nada en contra del señor Sebastián. Nada que no tenga que ver con su ideario político. Ni comparto su 'brillantísima' idea de devolver cuatrocientos euros a todos los que tenemos la suerte de declarar a Hacienda, ni comparto su afán en suprimir impuestos ni su defensa de las privatizaciones. Con todo y con eso ha entrado en un gabinete de un gobierno que se dice de izquierdas ¿No ven cómo la política es rara, rara, rara? Cómo será que hasta Magdalena Álvarez sigue de ministra ¿Pondrá por fin en marcha durante esta Legislatura la línea A Coruña-Cádiz en calesa de alta velocidad? Lo dicho. Rara de cojones (digo la política, no Magdalena).

1 comentario:

Merche Pallarés dijo...

Y Martinez Pujalte que se ha afeitado el bigote. Ahora ya no se parecerá tanto a "Martinez el Facha" del "JUEVES"...¡cómo es la política! Besotes, M.