13 de marzo de 2008

SIEMPRE SE VAN LOS MEJORES

Aún no repuesto de la pérdida de Zaplana como portavoz del PP me entero de que Belén Estebán aún no tiene traje de novia. Dicen que Dios aprieta pero no ahoga aunque a veces no sabe uno qué pensar. Claro que sería mucho peor que no tuviera novio. Digo Belén, claro está. La desesperación de esta mujer, otrora tan afortunada por intercambiar inquietudes intelectuales con Jesulín después de las corridas del diestro (me refiero a su oficio), es tal que amenaza con casarse embutida en el vestido de la Primera Comunión. No sé que le parecerá al señor párroco pero con el estirón que ha dado la Estebán y aunque se haga las ingles brasileñas algo se va a ver seguro. No crean que el asunto del vestido no ha traído cola y nunca mejor dicho. No se ha convertido en cuestión de Estado porque andamos entretenidos con la resaca de las elecciones. Ahora que los socialistas todavía andaban barriendo los confetis de la fiesta de Ferraz viene Zaplana y les da el disgusto. Dice que se va de primera línea y que quiere ser soldado raso. O sea que, como buen político, se va cinco minutos antes de que le digan eso tan socorrido de "no te molestamos más Eduardo que tendrás muchas cosas que hacer". Lo cierto es que hoy es un día triste para la democracia. Sólo falta que a Acebes también le den la patada en el culo o pompi que diría Espe para que a la nefasta victoria para la patria de las hordas de ZP se sume este descalabro del Estado de Derecho. Derecho a mentir, derecho a insultar, derecho a la infamia más abyecta pero derecho al fin y al cabo. Dicen que Zaplana confesó que él venía a la política a forrarse. Se compró un ático de millonetis o sea que, por lo menos, el hombre saldrá por la puerta grande de aquellos que se piran con el buen sabor del deber cumplido. De Acebes no se sabe si, como se rumorea, acabara de director comercial de la aseguradora El Ocaso. Todo alegría el hombre. Y, mientras tanto, Belén rebuscando en los carros del Carrefour a ver si encuentra trece chapas de Fanta que le sirvan de arras. Este país se desmorona.

2 comentarios:

paredes dijo...

Pues dónde me dejas al inefable (¿o infumable?)Alcaraz.Otro para echar de comer aparte .Los que se quedan, tampoco tienen desperdicio.Buena piara.

Merche Pallarés dijo...

Espero que desaparezcan todos pronto. ¡Hasta Rajoy! Pero, mucho me temo, no tendremos esa suerte... Besotes, M.