23 de marzo de 2008

SEQUÍA INFORMATIVA

Menos mal que ha nevado. Aún así no crean. Los periódicos andan de sequía. Les digo por experiencia que estos son los días en los que uno tira de lo que sea para llenar unas líneas. Hasta se es capaz de rezar para que el apellido del finado sea largo y poder así llenar hueco con las esquelas. Doy fe que en agosto de no hace muchos años quien ésto escribe publicó en un diario nacional un informe económico que databa de la época de los etruscos. Bastaba añadir 'un documento publicado en fechas recientes' y que cada uno sacara sus propias conclusiones. Es tan relativo el tiempo. Claro que, díganme qué coño importará cuando vas a utilizar la doble página para hacerte un sombrerito de papel para no torrarte en exceso en Torrevieja. Viene al caso porque esta mañana luminosa he leído un amplio reportaje sobre las dificultades que tenemos los españoles para hablar en inglés. Les diré que, junto a las vacaciones de los ministros, las entrevistas a los niños de San Ildefonso que cantan el gordo y las gilipolleces de Josemari, esta pieza forma parte de esos clásicos del periodismo a los que uno recurre cuando no tiene ya nada en el congelador (dícese del recipiente imaginario en el que guardamos informaciones atemporales para cuando llegan estos malos tiempos). No les mentiré. Sólo me he fijado en el titular '¿Por qué nos cuesta tanto hablar inglés en España?'. No sé, igual es una tontería pero digo yo que será porque nos entendemos mejor en castellano. Voy a probar pero no descarto que cuando vaya a ver a mi madre y le diga 'hey, mother ¿how are you?' me mande a tomar por culo y me quede sin el tuper del cocido. No es que alardee de no saber inglés. Todo lo contrario. Mis disgustos me ha costado. Una tarde de adolescencia, por ejemplo, por no pronunciar bien en el Burger King la palabra 'guoper' al final me pusieron unas alitas churruscadas. Fíjense si es importante saber idiomas. Por no hablar de la gozada que debe ser entender en tiempo real los discursos de Bush. No es que me quiera excusar pero en mis tiempos de mocedad no había intercambios con Inglaterra. Casi mejor porque no sé cuánto habría durado en mi barrio un pelirrojo a quien nadie entendiera. A lo máximo que llegamos fue a tener un clandestino Playboy en la cajonera y, para ser sincero, el texto lo que se dice interés no despertaba. Claro que con lo que comen en Inglaterra en el caso hipotético de haber ido creo que mi madre hubiera renegado de mandar a las Islas a un chavalote lustroso y que le hubieran remitido un año después a un esmirriado aunque tradujera a Shakespeare con más facilidad que a don Manuel Fraga. Ya saben que las madres españolas son mucho de 'niño no comes nada'. La mía me lo dejó de decir cuando llegué a los cien kilos. Creo que incluso alguna vez pensó que se le había ido la mano. En fin, que según el consabido estudio más del 65% de los españoles confiesa que no se defiende bien con el inglés '¿What?'. Como lo oye.

5 comentarios:

paredes dijo...

Ah, pero ¿en el Playboy hay texto?

cambalache dijo...

Sí Paredes. Por lo menos las de la portada alguna vez me suena haberlas visto

modelno dijo...

Que pasa contigo "bolero de La Bola" que tal la semana de pasión y recogimento , veo que sigues en primera linéa de flotación .

Merche Pallarés dijo...

Pues sí niños a aprender el inglés como Dios manda. ¡No faltaría más! Yo soy las del 35% que sí lo habla y lo escribe. ¿Por qué? porque fuí hija de emigrantes a Canada, no te fastidia! No tuve mas remedio. Besotes, M.

Alicia dijo...

Yo hablo ingles perfectamente, como una intelectual, como "Josemari Ansar".
BESOS