20 de marzo de 2008

SE ARMÓ EL POLLO

Desde las operaciones relámpago de los hombres de Harrelson no se recuerda nada igual en el mundo de las fuerzas de seguridad del Estado. Un policía nacional y un mosso d'escuadra se han pegado en una pollería de Lleida. La trifulca ha surgido al no reconocer el mosso a la autoridad española para inspeccionar unos muslos y unas alitas al parecer naturales de Vilanova i la Geltrú. El conflicto competencial ha revolucionado el gallinero de tal modo que el agente catalán, a la sazón sobrino de la dueña del negocio, le endiñó una par de hostias al subordinado de Rubalcaba por entender que el Gobierno central no es quien para dictaminar si unos higadillos ungidos por el hecho diferencial catalán están listos o no para rebozarse. Qué razón tenía Mariano cuando decía que España se rompe. Empieza uno con las crestas y acaban linchando a Manolo el del Bombo. Aunque no se han aclarado los términos exactos que derivaron en la pelea se sospecha que se trataba de comprobar la situación laboral de una trabajadora ecuatoriana. El sobrino, que por su enardecido carácter debe sacrificar a los pollos a base de patadas de kung fu, sacó incluso una porra extensible para entoligarle al madero españolista aunque un compañero de éste se lo impidió. Este gratificante espectaculo, que denota el alto nivel de los tests psicotécnicos exigibles en la oposición al cuerpo, se llevó a cabo en presencia de una subinspectora de trabajo. Ya que estaba allí imagino que certificaría la baja del policía. Es posible que para quienes no tenemos más nación que la taberna del barrio esta bronca se nos antoje surrealista pero debe ser que ya que te aporrean es mucho mejor que lo hagan en tu propio idioma. Doler duele lo mismo pero por lo menos entiendes los insultos. Fil de put. Dónde va a parar.

1 comentario:

Merche Pallarés dijo...

¡Ya he podido entrar en tu blog! Muy gracioso tu post, como siempre. Besotes, M.