19 de marzo de 2008

RETRATO ROBOT DE UN TIPO FELIZ

Sería una lástima que estas fechas de procesiones y torrijas desviaran la atención sobre un exhaustivo y sesudo estudio sobre la felicidad de los españoles. Las conclusiones son revolucionarias. El retrato robot refleja que el ciudadano dichoso es joven, tiene una pareja estable, una familia estupenda y un sueldo cojonudo. Asombroso. Cuando todos creíamos que para ser feliz, además de tener un camión, había que haber pasado de los sesenta y cinco, padecer almorranas, tener más cuernos que el abuelo de Bambi, una familia peor que los Manson y una pensión de jubileta por debajo de los quinientos euros ahora estos eminentes sociólogos vienen a iluminar nuestra supina ignorancia. Si a los factores que conforman la felicidad nacional suma usted ser de Navarra, tierra a la que adoro de tal modo que sería capaz de ir a Pamplona por Semana Santa hincado de hinojos y escuchando en el ipod a La Oreja de van Gogh ya que toda penitencia merecería la pena, pues está usted ante el sumun de la felicidad patria. Al parecer en esta comunidad foral, en Catalunya, Aragón y Extremadura el índice de gentes felices es superior a la media. Aquí en Madrid ya saben que sigue ganando el PP. Es tal la credibilidad de este ya legendario tratado sociológico encargado por Coca Cola, ya saben, la chispa de la vida, que han embarcado a Punset para darle solvencia. Dice Punset que el dinero importa poco sobre todo a quien ya lo tiene. Un colofón de una colosal madurez intelectual. Qué menos se merecía el estudio. Al parecer, tras más de dos mil quinientas entrevistas telefónicas y un margen de error del dos menos dos, se ha demostrado que a las Kopolowitz les preocupan más las patas de gallo y las durezas de los pies que cómo pagar la hipoteca. Insólito. Qué sería de este país sin estas radiografías. Durante la presentación se resaltó un elemento contradictorio de primer orden. El 76% de las personas que se declaran muy felices ansían tener hijos pero luego dejan de ser dichosos cuando los tienen. Normal ¿Han visto cómo se ha puesto Paquirrín? Eso sí, he de confesar, desde la más absoluta modestia, que por fin este manual de cómo ser feliz sin que sea desgraciado tu vecino hace justicia a las teorías que mantengo desde que se inventó la escarpia. El bricolaje es un puto infierno. Esta vez no lo digo yo. Lo dice Punset. También el 76% de los que practican este hobby se declaran infelices. Qué extraño ¿verdad? ¿Cómo se puede comparar un orgasmo incluso con la propia pareja a la dicha de montar una cómoda de Ikea? No hay color. Y además siempre sobran tornillos.

1 comentario:

Merche Pallarés dijo...

Pues segun las encuestas, yo soy terriblemente infeliz--no soy joven, no tengo coche, no quiero tener hijos (ya los tengo) pero, un dato que se han olvidado--NO TENGO HIPOTECA!!! Besotes, M.