7 de agosto de 2007

BIENVENIDO A LA REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE SU... (PUTA MADRE)


Ni se les ocurra hablarme de turismo alternativo. Ni de deportes de riesgo. Ni de puenting ni de raffting ni de hostings. He estado en Ikea. Eso sí que es una aventura. Ya me gustaría a mí ver al moña de Indiana Jones con el carrito por los pasillos de este Guantánamo de los muebles y los complementos ¿Buscar el Santo Grial? Menuda gilipollez majete. ¿Tú has probado a buscar la estantería negra lacada con referencia 200.67.89.62 en el pasillo 32 departamento 4B? Nos ha jodío. Yo sí. Y eso que iba preparado. Me había llevado hasta un clavito para hacer yo mismo los agujeritos de la regadera que me quería comprar, pero ni por esas. Ustedes pensarán que un martes de agosto al menos habría poca gente y que incluso tendrías espacio y tiempo para empezar allí a montar las piezas del orinal del nene (el pis lo tiene que poner él, no viene en bolsita). Qué va. A rebosar. Como si hubieran organizado una excursión desde la playa de Torrevieja. Jóvenes parejas recién llegadas de ver el piso piloto, matrimonios con trienios que les da por cambiar el sofá de escay una vez que se les han despellejado las pìernas al levantarse a por agua en pleno verano, solteros amantes del puto bricolaje, ancianas que invierten buena parte de su pensión en renovar la espumadera y el colador, niños que lloran porque quieren un lapicerito de Ikea (lo único gratis y que viene ya hasta con la punta sacada)... En fin, todo un microcosmos muy edificante y eficaz para fortalecer aún más el aprecio que tengo a mi perro Bruno a quien, por cierto, me regalaron de una sola pieza. A ver si aprendemos. Menos mal que iba en inmejorable compañía. Una bonita joven con la que me une menos de lo que quisiera había solicitado mis servicios. Como porteador, claro está. Y que conste que no habrá sido porque yo no le haya ampliado la oferta de prestaciones. Un latin lover es un latin lover con veinte y con cuarenta. Allí nos fuimos prestos a comprar un mueble. Bueno, para ser más exacto prestos a adquirir aquello que la cultura sueca entiende como mueble. A saber. Una caja que pesa como la madre que la parió llena de maderas de aglomerado que, de manera indefectible, es muy fácil de montar. Y una mierda ¿Fácil para quién? ¿Para el barbudo de Bricomanía? ¿Para un ingeniero de Caminos? ¿Soy yo gilipollas? Ahórrense la respuesta ¿Qué significan las rayas discontinuas que rodean a los tornillos? ¿Por qué me compro un mueblecico para ordenar los cedés y el plano de montaje parece el del reactor nuclear de Vandellós? Y así todo. Menos mal que por lo menos sólo tardaron cuarenta y cinco minutos adicionales en entregarnos más piezas del presunto mueble. Un chollo oiga. Y ni se le ocurra pasar el sofocón en la cafetería. Todo sea que pida usted un café con hielo y se tenga que ir con Juan Valdés a Colombia a buscarlo. Y queda lo peor. Ella sigue sin hacerme ni caso ¿Se puede hacer algo más por alguien que acompañarle a Ikea? Lo dicho. Bienvenido a la República Independiente de su puta madre.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué sorpresa! ¿Y este aire pelín serio y formal que le has dado a tu blog?
Ya lo dicen los entendidos, si hubiera existido IKEA en aquella época, Homero no hubiera escrito "La Odisea" como lo hizo.
Germán, ¿no crees a estas alturas que la amistad da más satisfacciones que el amor? :D, aunque sospecho que es otra cosa lo que te interesa, pero para eso no hace falta pasar por esa tortura ¡hombre por Dios!
Saludos.

cambalache dijo...

Hola. Te aseguro que sólo una gran amistad que me une a la joven en cuestión me puede empujar a mí a visitar semejantes sitios. Besos

Anónimo dijo...

Muy bueno el lema, te lo aseguro, lo usaré todo el mes de agosto.

txilibrin dijo...

Uuuuuuuuy, yo cada vez que entro al Ikea salgo casi llorando, y encima, nadie me deja comprarme las cosas de los niños, que son las que realmente interesan :(

Total, que por "amor" hacemos lo que sea, yo hasta te dejo que me invites a una limonada :D:D:D que mañana me voy a tu barrio (también el de una amiga mía) y disfrutar un poquilloooo.

cambalache dijo...

Pues traete la rebequita porque anoche anduve yo luciendo palmito y me quedé como un frigopié. Lo de la limonada está hecho pero no donde me la tomé yo ayer. Creo que era una de las armas de destrucción masiva que buscaba el tito George.

Anónimo dijo...

Buenísimo comentario. Yo una vez fui a Ikea a comprar un mueble para el salón, y salí, sin saber muy bien por qué, con un trasto para el baño al que, además, no le encajaban las piezas. Seguramente porque yo soy un manta uniendo piezas, pero no sé por qué tuve la sensación de que Ikea me había tangado unas cuantas partes del puñetero mueble que, además, se descuajeringó a los pocos días. Y mi mujer me decía al ver el desastre: "Pero, tío, ¿es que no sabes ni poner un mueble?" Y yo la miraba con cara de "pues-por-lo-que-se-ve-no". Y es que el día que dieron clases de bricolaje en el cole, me había puesto malo. Igualito, igualito que cuando dieron clases de mecánica, albañilería, electricidad y motor. Por que yo me pregunto: "¿dónde coño ha aprendido la gente a hacer tantas cosas?". Se lo voy a preguntar a mi vecino que sabe de todo el muy puñetero. Seguro que él nunca se ponía malo en el cole.