5 de julio de 2007

¡VIVA EL INSTITUTO CERVANTES! (Y LA MADRE QUE LO PARIÓ, POR SUPUESTO)


Si tenía alguna duda de la inmensa labor del Instituto Cervantes en defensa de nuestro idioma y de su papel como embajador de la literatura española olvídela de inmediato. A veces es el azar quien nos abre los ojos sobre la eficacia de unas instituciones que a menudo denostamos sin saber. Sólo ese esfuerzo en airear fuera de las fronteras patrias el poder de la lengua (me refiero a la sintaxis y esas cosas) y la creatividad de nuestros escritores explica que ayer tarde fuese testigo de un acontecer que dejome estupefacto. Y eso que uno cree a menudo que lo ha visto todo. Más aún después de la 'imitación' de Madonna por parte de Belén Esteban o de escuchar a don Mariano decirle a ZP que tiene que demostrar su inocencia (¿no era al contrario?).

Dos jóvenes foráneas, pizpiretas y osadas, entraron con desparpajo en mi libreria de cabecera. Sin casi tiempo para el intercambio de salutaciones se interesaron por una obra sin par. "Por favor (el acento pónganlo ustedes), ¿tienen libros sobre cómo hacer chorizos españoles?" Tal cual. Que me parta un rayo si no fue así. Un libro sobre cómo hacer chorizos españoles (léase con la pausa que requiere la singularidad de la petición).


Ustedes pudieran pensar, bondadosos como son, que las mozuelas solicitaban acaso una biografía del señor Revilla o, llevadas por un espíritu más metafórico, una semblanza de Roldán o un tocho con fotografías de Marbella. Con el agravante de que pedir tal legajo en un templo de la literatura como Libreria Mendez es como ir al Bulli y pedir una de oreja a la plancha aunque sea caramelizada.

Ellas venían imbuidas y empapadas de nuestra cultura. Venían de la Plaza Mayor a buen seguro de ponerse ciega de bocatas de calamares y choricillos a la sidra y no querían abandonar el país sin llevarse un manual para explicar a sus paisanos cuáles son algunas de las razones que nos hacen una nación extraordinaria.


Tanto centenario del Quijote, tanto llevar el legado de Lorca en monopatín de país en país, tanta feria de Francfort sin ni siquiera comer una salchicha con tal de vender una novela, tanta colección de clásicos en los kioskos con un regalo de chanclas adicional para que luego te pregunten en una prestigiosa librería algo que te puede solucionar mucho mejor un charcutero.

Qué triste. Ya saben. Si quieren hacerse un hueco en las estanterías internacionales les aconsejo que vayan conformando una 'Oda al Cantimpalo' o una 'Sonata al chorizo de Pamplona'. Es el futuro. Yo ya estoy con unos endecasílabos ¿Se les ocurre algo que rime con salami?

1 comentario:

Anónimo dijo...

También podrían haber preguntado en alguna oficina del sector ladrillil.Allí saben de los mejores chorizos embutidos y de los más grandes sin embutir.

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