PARA UN ROTO Y PARA UN DESCOSIDO

No ha hecho falta ni concurso oposición. Toñín Blair tiene méritos sobrados para que le nombren mediador en Oriente Próximo. Para que se hagan una idea es como si aquí, por ejemplo, hubieran nombrado al Duque de Feria Defensor del Menor. Una cosa de locos. Toñín, en pago a los servicios prestados, será el encargado de negociar la paz en tierra de conflicto. Sin duda una tarea que se le ahorma como un guante. Basta recordar su papel en la guerra de Irak. Esos desvelos para que Geoorrgggee no lanzara sus letales pepinos y para que Josemari, allá en las Azores, no le trajera el té frío mientras los señoritos hablaban de sus cosas. Pues ya ven. Ahora será una especie de Gandhi con una nómina saneada y unas orejas mucho más desabrochadas. Me asombra lo poco que tardan en recolocar a estos tipos. Lo mismo valen para masacrar a un pueblo en nombre de sus santos atributos que para llevarles luego las vendas que curen las heridas que ellos mismos les han provocado. Sin ningún rubor, sin vergüenza alguna. Lo mismo para un roto que para un descosido. Yo creo que Geoorrrggeee le podía otorgar alguna atribución a Josemari entre conferencia y conferencia. No sé, llevarle a Toñín la cantimplora para combatir los calores que le esperan por esos inhóspitos desiertos o que esté pendiente de la brújula. Quizás esta última función le venga grande. Demasiado esfuerzo intelectual después de haberse tomado unos chatos de Ribera del Duero. Hay que tener en cuenta que con Josemari nos ahorraríamos un pico ya que en vez de necesitar un dromedario para cabalgar por las dunas le bastaría con un poney y aún no arrastraría los pies por el suelo con lo molesto que es que se te meta la arena por los zapatos de rejilla. No me digan que desde que han sabido que esa gran responsabilidad ha recaído en Toñín no van a dormir mucho más tranquilos. Es lo que tienen las democracias avanzadas.