Un poco piripi

Jose se ha echado a perder. Ha sido dejar el poder y abandonarse. Antes fueron las conferencias por las universidades de medio mundo y ahora es la bebida. Ahí le tienen en una imagen que jamás me hubiera gustado airear. Qué dirán Toñín Blair y Geoorrggeee cuando le vean haciendo botellón con los coleguis, con la mirada extraviada y unos morritos silbantes. Josemari ha pedido que le dejemos beber en paz. No seré yo quien le moleste. A buen seguro se ha arrojado en los brazos de la perdición porque ya no siente sobre sus espaldas el peso del estado y ese vacio se le antoja inaguantable. A Jose le han dado un premio por defender el vinazo y él lo ha agradecido con una oda al morapio trufada de su portentoso humor. No se le ha ocurrido otra cosa que parodiar la campaña de Tráfico en la que nos dicen que no pueden conducir por nosotros "¿Y quien te ha dicho que quiero que conduzcas por mí?", ha espetado a la concurrencia con el consecuente jolgorio de los pelotillas cosecha del 2007. Qué gracia tiene el jodío. Yo es que me descojono. Y lo más sublime es que esas hilarantes pinceladas las improvisa con la misma facilidad que uno exhala una flatulencia. A él le sale así. Ora sea el 'estamos trabajando en ello' con acento pixiedixie ora el 'dejénme que me ponga piripi en paz'. No me extraña nada que le agasajen por medio mundo y le nombren doctor honoris causa porque la verdad es que causa sensación. Qué mejor embajador que él para promocionar nuestros caldos. Si su ingesta procura semejante intelecto y sentido del humor quien se va a resistir a catarlo. Que tiemble la coca cola.