12 de mayo de 2007

Todo el día con el tiki tiki

Tanta cultura milenaria, tanta milonga espiritual, tanto kung fu y tanta leche y al final a los orientales lo que les va es el tiki tiki como a todo hijo de vecino. Es decir, que lo que les relaja de verdad, sin ejercicios de respiración ni zarandajas, es el cigarrito de después del kiki. Yo pensaba que el éxito de Humor amarillo era tal que los simpáticos chinos andaban horas y horas pegados al televisor, pero lo que andan todo el día es en 'el aquí te pilla aquí te mato' ¡Qué manera de procrear! Fíjense cómo será la cosa que si tienes un segundo hijo te meten una multa que ríase usted del positivo en la prueba de alcoholemia. Veintemil euritos si te pasas del vástago único y aún así siguen dale que te pego. O se plastifican el rollito de primavera o dentro de unos años tendremos una tienda de chinos hasta en el salón de casa. Luego cargamos la fama de arrebatados los latinos, pero, en realidad, los ojos rasgados obedecen al gesto previo a la embestida sexual. Más o menos la expresión que pone uno mientras piensa aquella romántica frase de 'te voy a meter de todo menos miedo'. Las autoridades chinas están al borde de la desesperación. A punto están de prohibir los ascensores para evitar la tentación del apretón durante la jornada laboral y que se lo monten entre la entreplanta y el quinto. Claro que es imposible tapar todos los posibles escenarios. Tengan en cuenta que como suelen ser menudos se lo pueden hacer con discreción hasta detrás de un 'post-it'. Dicen que el dinero no da la felicidad, pero al menos sí te permite tener una recua de criaturas sin tener que por ello ir a dar a luz detrás de la muralla para que no te delaten. Los chinos ricos pagan de antemano la multa y ya se pueden dedicar libérrimamente a darle al fornicio sin más precaución que estar pendiente para que no se les queme el cerdo agridulce. Tanta lucha de clases para nada. Si Mao levantara la cabeza...pues eso. Que lo primero que haría sería echar un kiki.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de los chinos ricos se me hace a mí que es como la bula esa que se pagaba para comer carne en cuaresma.

paredes

Anónimo dijo...

Siempre creí que los ojos rasgados eran debidos al extreñimiento que produce el arroz y que por lo tanto al hacer el lógico esfuerzo defecando se quedaban así los ojos, gesto que todos hacemos y más si el esfuerzo es grande, por esa alimentación, claro está.
Tengo la sospecha de que no me llevo el premio Nobel por esta teoría.
César

Anónimo dijo...

Pues no te vas a llevar ningún premio. El ojo chino típioco lo perfila el pliege epicántico del párpado superior que tienen la mayoría de los asíaticos. Pero ese pliegue también le podría salir a un hijo tuyo (contando con tu frente lisa como una plancha), porque es un rasgo genético.