26 de mayo de 2007

Hágase millonario: no tire de la cadena


No se tire usted de los pelos cuando se lo cuente. Han pagado en una subasta 124.000 euros por una lata de mierda. No digo que la lata fuera fea o cochambrosa. No. Me refiero a una lata que en vez de, pongamos unos berberechos, estaba llena de pura caca. De artista, eso sí. Madre mía, el dinero que habremos perdido usted y yo por tirar higienicamente de la cadena y llegar a tener agujetas por el uso de la escobilla. Ya ve. Con el resultado de un par de apretones ya podríamos haber pagado la hipoteca de ese monísimo bungalow en Gandía con el que siempre hemos soñado. Una pena.

Todos los días comprando el cupón de la ONCE, cada semana dejándome el intelecto en la quiniela y resulta que la fortuna de cada cual está en la flora intestinal. Nunca hubiera imaginado que la ventana a la felicidad se hallara en el mismo ojo del culo. Ya sé que el dinero no reporta la dicha, pero ayuda una barbaridad. Ni siquiera hubiera hecho falta dar un pelotazo urbanístico para forrarnos. Hubiera bastado con ponernos ciegos de ciruelas. Lo que no sé si en estado cuasi líquido la mierda pierde valor. Tampoco si con dos simples flatulencias a uno le toca aunque sea el reintegro. El problema es que el estado gaseoso impide que los pedos sean visibles. Un inconveniente menor para quien es capaz de comprar estas gilipolleces.

Bien es cierto, para ser riguroso, que la mierda del fallecido artista Piero Manzoni no es cualquier boñiga abandonada y ordinaria. Este transgresor tipo se cuidó de que sus heces estuvieran, literalmente, "frescamente preservadas" lo que no sé si es una ventaja habida cuenta que ese mimo con semejante guarrada comportará un hedor insoportable. Así y todo alguien ha pagado esa pasta por treinta gramos de mierda. Luego nos quejamos del precio del centollo. Estarán conmigo que, aun sin haber probado el manjar de Manzoni, la cosa, en lo que al paladar se refiere, no tiene color (bueno sí lo tiene, el que ya saben).

Estoy por jugarme algo a que el comprador que ha llenado la despensa de su snobismo con estas latas de mierda siente gran repudio a que sueltes un eructito en la mesa entre el primer y el segundo plato. Qué ordinariez, pensará. Con lo fino que es poner la mierda al lado del frasco de caviar de Beluga. Si a alguien le ha desagradado esta lectura, no me llamen cochino. Llamenme, simplemente artista ¿Por qué no mi cálido meado en un tetrabrik? Excusénme. Voy al váter. Me acabo de acordar que tengo que pagar a Hacienda. A ver si saco para el primer plazo. Qué menos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No tengo palabras para expresar la gran sorpresa que me ha producido esta noticia con respecto al señor este que ha comprado esa mierda, ¡qué recuerdo más... ¿agradable?!para él, claro.
César

Anónimo dijo...

Me he reído un montón y me ha traído un recuerdo de La Habana.

Una noche de farra, un negrazo recitó un poema sobre "la cagada", y allí todo el mundo se partía de risa.La pena es que no le volví a ver al tipo, pues era larga y quedó en dármela por escrito.Una joya.

paredes

Anónimo dijo...

A ver si me entero:¿Todo lo que sale de un artista es arte, incluído la mierda, o es al revés, todo lo que sale de algunos artistas es ... incluído su arte?

¡qué cacao mental!

cambalache dijo...

enorme pregunta artista