1 de mayo de 2007

¿Galápago o gaylápago?


No me digan que no tengo yo mejor planta que este galápago (si lo piensan que no me entere, por favor). Pues nada, ni así se me arregla. George, que así se llama el bicho, ha encontrado ya churri y yo al final me voy a quedar para vestir santos. Ya sé que resulta inexplicable pero no pocas veces la vida es hostil con quien menos lo merece. Ese es mi caso. Que un hombre de mi portentoso físico y no menos prodigioso intelecto haya barajado incluso la opción de asistir al Diario de Patricia para encontrar alguien a quien legar, llegado el caso, una pensión de viudedad se antoja increíble. Mas es cierto. Hasta la fecha no me preocupaba en exceso pero ahora que George el solitario ha encontrado su medio caparazón la cosa empieza a escamarme. El galápago llevaba treinta y cinco años sin conocer hembra y corría serio riesgo de extinguirse. En mi caso se descarta el segundo supuesto aunque cada vez somos menos los latin lover.

Dos investigadores han ejercido de celestinos y le han localizado a unas macizas tortugas con quien comparte la mitad de los genes. Eso significa que la convivencia está casi asegurada pues pocas parejas puedan presumir de compartir la mitad de algo si exceptuamos la hipoteca. George, que por compartir sólo comparte nombre con Bush aunque tiene mucho más cerebro, vive en las Islas Galápagos (para qué molestarse en buscar otro nombre) y su harén en las cercanas Islas de Santa Isabel en las que yo creía que únicamente vivián atunes en conserva. A pesar de la proximidad ya pueden acercarle a él o a ellas en algún vehículo motorizado porque a la velocidad que camina igual se muere célibe a mitad de camino.

Aunque llegara a ese paraiso de vicio luego habría que comprobar si el bueno de George está por la labor. Ya le buscaron apaño en ocasiones anteriores y el tío se ponía mohino y exigente. Quizás con el paso del tiempo haya sido consciente que uno ya no está para elegir o acaso sus cuidadores no hayan querido asumir que más que galápago es 'gaylápago' y que los suyo es otra cosa. Ya que Adalgisa y Jeffrey, los tipos que le han buscado consuelo para la vejez, han demostrado sus desvelos con una tortuga digo yo que bien podrían hacer lo mismo conmigo. A un servidor con que le adopte la Jolie le vale. No pido más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de tantos años sin saber lo que es "eso",tendrán que dar a George un curso acelerado...o ralentizado de copulación.

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