11 de abril de 2007

Tres mil intelectuales ¿y yo qué?

No entiendo nada. He escrito dos novelas, me las han publicado sin pagar, me han encargado otro libro en el que trabajo en la actualidad; ayer, sin ir más lejos, me leí hasta tres solapas de unas obras de ensayo en el Vip´s, me he visto por lo menos dos películas iraníes y no estoy ni entre los más de tres mil intelectuales que han firmado el manifiesto contra la crispación ¡Sí ya necesito hasta gafas, Dios Santo! ¿Qué más tengo que hacer? Es cierto que todavía no me han invitado a dar una conferencia en una universidad de verano, que a mí del verano me gusta más el tinto, bien es cierto, que de idiomas ando regular y, en consecuencia, me cuesta una barbaridad pensar en inglés, pero, coño, que estamos hablando de más de tres mil. Por cierto, ¿el censo quien lo elabora? ¿Acaso el mismo que cuenta las manifestaciones del PP?

Estoy escudriñando en la memoria para completar currículo y hasta yo mismo me asombro de mis inquietudes. Una vez hasta fui a Arco y vi una obra hiperrealista que me cautivó. Incluso me empeñé con hacer un esfuerzo y comprarla hasta que me convencieron de que era el extintor. Por no hablarles de cuando me memoricé todas las citas del Calendario Zaragozano para soltarlas de manera estratégica viniera o no a cuento ¿Es qué acaso no digo yo cada dos por tres 'a nivel de' u obsoleto? ¿Qué más quieren de mí? Sí creen que soy un envidioso o un resentido no seré yo quien les lleve la contraria, pero es que ya está bien.

Crecí en un arrabal rodeado de chulos de billar y macarras de ceñido pantalón; mi madre se desveló porque estudiara y me hiciera un hombre de provecho. Me perdí mis buenos partidos y escóndites mientras imitaba la exquisita letra de Caligrafías Rubio, apenas me copié en un par de exámenes, me leí entero 'El lobo estepario' y eso que no tenía fotos, he hecho lo imposible por no dormirme leyendo los subtítulos de las películas y así me pagan. Estoy por extraer de mi interior el alma asilvestrada que me posee ¿De qué me sirve ser un intelectual maldito? ¿De qué un escritor de culto? Ni una tertulia, ni una necrológica, ni una triste charla-coloquio que llevarme a la boca, pero es que ésto clama al cielo. Que era un firmita, joder. Y ahora no me vengan con el arrepentimiento. Lo único que han logrado con el manifiesto contra la crispación es crisparme a mí.

2 comentarios:

Bernardo dijo...

Has rondado la solución, pero sin entrar en ella a saco.
¡Te faltan gafas, amigo mío!
Yo, aunque las uso, tambien estoy excluído. Está claro que alguien debió leer mi respuesta cuando una vez fuí inerpelado en mi página por un impresentable que me soltó ¿"por qué todos los rojos lleváis gafas"?
Está claro -le dije- Follar mucho cansa la vista.
Y claro, así es difícil que, aunque luzca unos auténticoa quevedos -que no es el caso- pase por intelectual.

Anónimo dijo...

Jeje je ..no te quejes, pillín, que tu ya tuviste tu tertulia de altura, aunque fuera de suplente.

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