10 de abril de 2007

Treinta horas dale que te pego


No se lo voy a reprochar pero ya les vale. No me digan que ninguno de ustedes había oído hablar del sexo tántrico antes de que yo haya profundizado en la teoría, por algo se empieza, de esta técnica milenaria. Si lo he hecho ha sido por el reclamo de sus óptimos resultados. El rapero Paff Diddy ha confesado que, gracias al tantra, aguanta hasta treinta horas en la cama. Al principio no lo valoré en toda su dimensión porque, sin tantra y sólo a base de kalimotxo, conozco resacas que han obligado a estar en el catre hasta cuarenta y ocho. Pero no, no se trata de que el tipo sea un ceporro o se haya puesto hasta las trancas y esté durmiendo la mona. Él se refiere a treinta horas dale que te pego. Imagino que, por mucha espiritualidad, parará para hidratarse y picar unos buñuelos 'fast chicken' con objeto de reponer fuerzas. No sé, a lo mejor te concentras mucho, levitas unas centímetros, cierras los ojos y es como si te zamparas un chuletón de Ávila, pero no sé. No acabo de verlo.
P. Diddy confiesa que se inicio en esta disciplina estimulado por Sting. En fin, cuando digo estimulado me refiero a que el cantante de Police le habló maravillas del tantra, no que le pusiera borricote. Sting asegura que, con el sexo tántrico, hace el amor ocho horas cada noche ¿Cuando duerme este hombre? Recuerden que ninguno de los dos es español, pero, francamente, cualquiera lo diría. Nosotros tenemos a El Fary, que es menos fantasma, algo menos, y mucho más simpático. Dicen que dijo que tuvo un asunto erótico festivo con la gran y maciza Ava Gardner pero al menos también tuvo la delicadeza de no dar más detalles. O la imaginación no le daba para tanto o es todo un caballero.
En estos primeros y titubeantes pasos por el sexo tántrico (les repito que todavía no he empezado las clases prácticas) ando un poco acongojado. He leído que la energía se desliza por tu cuerpo y se conecta con tu pareja. A ver si todavía no me da un calambrazo y se me chasmuca el músculo tántrico. Vamos, más o menos como si te beneficiaras a la novia de Robocop. No sé, me da un poco de miedo. Por no hablar de la preparación que requiere. Una experta habla de hasta dos años de enseñanzas.
Es decir que para cuando quiera ser un maestro del tantra la falta de bombeo sanguíneo será tal que me hubiera resultado más provechoso realizar un curso sobre maceteros de macramé. Y eso que dice esta señora que tiene un alumno de ochenta y siete años que acude a clase para mejorar sus relaciones sexuales. Mire usted, acude porque el médico de cabecera le ha prohibido la entrada y porque la programación de televisión cada vez es peor. No nos engañemos. Por cierto, el P. Daddy se debe dejar toda su energía en la cama y eso afecta y mucho al riego cerebral. No olviden que alcanza estas hazañas sexuales después de haberse separado de Jennifer López. Muy avispado no ha estado, la verdad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Germán: Me he reido un montón...has vuelto por tus fueros...jajaja.
Yo creo que las 30 horas se fueron tratando de justificar el gatillazo!!! 1 saludo. Luis

Anónimo dijo...

Qué falta hará tanto.Mejor poquito y a menudo.

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