27 de marzo de 2007

Una piltrafa mediática

Hoy es uno de esos días en que no merece la pena ni levantarse. Llueve y eso, que ya de por sí me pone de mal humor, no es lo peor. He esperado por cortesía veinticuatro horas para ver si tenía noticias, pero todo ha sido inútil. Ni Mariano ni Espe han decretado un boicot contra mí. Y mira que he puesto de mi parte. Es en estos momentos aciagos cuando uno se sabe una piltrafilla mediática, un mindundi de este puñetero oficio ¿Hay mayor castigo que la indiferencia? No digo que me retiren las campañas de publicidad, pero ¿qué menos que un insulto? En este país se insulta todo Dios y a mí no me cae ni un ladrido de mi perro ¿Ustedes me quieren, verdad? Miénteme, Pinocho, miénteme. Nunca me ha consultado por teléfono el CIS para opinar en sus encuestas, ya no llaman a mi puerta ni los testigos de Jehóva y, con esto del internés, ya no me envía cartas ni Cajamadrid ¿Cabe mayor invisibilidad? Estoy por volver a fumar a ver si así por lo menos me habla la máquina del tabaco. No, déjenlo. No se preocupen. No quisiera yo molestar. Qué bien me hubiera venido que Espe me hubiera colgado de los pulgares en la Puerta del Sol. Un mártir de la libertad de expresión ¿Se imaginan? Estoy por lanzar insidias, calumniar, echar mierda a tutiplén sobre el prójimo y, si no lo hago, es por temor a que me nombren director de algún programa de radio o televisión. Demasiado trabajo para tan escaso ánimo. En fin, uno también tiene sus días. Sabrán perdonarme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo una vez, una,me tocaron a la puerta dos chicas testigos de jehová.Comenzaron a contarme su vida, y en seco las invité a visitar mi alcoba y darnos un revolcón.Dieron media vuelta, y ni me lo agradecieron.
Tampoco me insultaron ni denunciaron.Es que no doy una.

paredes