5 de enero de 2007

Papá Noel vetado

No crean que no me entero de las cosas por estar medio día panza arriba al sol y el otro medio panza abajo durmiendo. Entre horas vinito y tapa. Como ven, absolutamente desbordado. Me entero pero hago como quien oye llover. En caso contrario me sacarían del hotel con encanto y me meterían de vecino de Cachuli en Alhaurín de lo que podía soltar por mi boquita. Por cierto ¿saben que Julián Muñoz ha escrito, al parecer él solito, el prólogo de un libro en el trullo? Para que luego digan que estar a la sombra no reinserta en la sociedad. Se rumorea incluso, pendiente de confirmación, que se ha bajado el tiro de los pantalones y que ya no le llegan a la barbilla. Me refería antes a lo que uno oye aunque casi no quiera y lo que lee aunque no debiera sobre la ruptura del diálogo con los asesinos de ETA. Cuesta creer que en un país con paisajes tan maravillosos como los que yo veo cada mañana puedan vivir tantos indeseables. Por eso yo a lo mío. Un servidor lo agradece y seguro que ustedes también. Entre tanta trifulca acaso se les haya pasado que en la Cabalgata de Valencia han prohibido los disfraces de Papá Noel para que los infantes no se hagan tremendo lío. Ya tienen bastante con el misterio de la mirra. Como lo oyen. Dicen las autoridades que si ven a alguien de aquesta guisa disfrazado los niños se pueden preguntar aquello tan infantil de ¿quién puede más a hostias Papá Noel o los Reyes? Menudo compromiso. A los niños, como potenciales adultos que son, lo que les interesa es trincar regalos y si es por partida doble mucho mejor. O sea que como vean que peligra algún juego de la 'play' por su curiosidad de inmediato desaparece. Les es igual que se los traiga en el reno Papá Noel o en el camello Melchor o en autobús de las siete su viejo. Es más, yo creo que los críos se saben el camelo de los Magos de Oriente mucho antes de que se lo desvelen pero apuran todo lo que pueden para sacar réditos a esta pantomima. No hay nada como ser pobre para saber en exclusiva que los Reyes son los padres o sea que niño no te pases. Lo sé por experiencia y eso que en casa mis adorables padres redoblaban esfuerzos para que no faltara de nada. Lo que debía pedir el Ayuntamiento de Valencia a Melchor, Gaspar y Baltasar es un poquito de imaginación. Miren a su paisano Zaplana, sin ir más lejos. Al menos la suficiente para justificar la presencia de Papá Noel en una política de intercambio con el mundo anglosajón. Como los alumnos que vienen o van a aprender inglés o español. No sé si sus hijos habrán cerrado ya la carta. En caso contrario igual están a tiempo de pedir el muñeco 'Sadam ahorcado' que una empresa americana ya ha comercializado. No tengo claro si con su adquisición regalan el video de la ejecución. Desde luego cuánto ha progresado el sector de los juguetes didácticos desde mi infancia. Viene a ser una especie de Madelman tirano con sus correspondientes complementos. Saco negro para la cabeza, maroma para el pescuezo, Corán por si hay arrepentimiento, cadalso con derecho a cocina. En fin, lo normal en estos casos. Sólo falta que Quimicefa renueve sus productos (si es que todavía existen) y nos enseñe a fabricar armas de destrucción masiva. Claro que corremos el riesgo de que el tito Buh nos bombardee el hogar al grito de ¡por fin las he encontrado! Casi mejor carbón ¿No?

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