El rey del disparate

Ya lo sabe ZP para el futuro. En vez de convocar a Rajoy, la próxima vez que llame a Bisbal. Más caso que don Mariano le va a hacer y por sensatez política ahí le debe andar. Nixon lo hizo con Elvis. Más bien fue Elvis quien llamó a su puerta. A cualquier mortal en estado de notoria ebriedad le da por cantar el 'Asturias patria querida', pero al rey de rock, ya sea porque no existía el 'Memphis patria querida', le dio por presentarse a la puerta de la Casa Blanca para enderezar el rumbo de su patria. Antes de ser recibido entregó unos papeles con sus soluciones tan llenos de voluntad como de faltas de ortografía. Estaba preocupado porque los jóvenes se drogaban ¿Acaso temía por su suministro? Si alguien consideraba delirantes las intervenciones de Pujalte en el Congreso que se lea el relato del encuentro entre don Ricardo y Elvis. En el regalo que le llevó al presidente no anduvo muy original. Planteó todos los problemas que asolaban a los eeuu, incluida la amenaza de los comunistas y de los hippyes, y le obsequió con un revolver Colt 45 cargado con balas de plata. Remedio para todos los males. Muy americano sin duda. En lo que estuvo más español fue en insinuar la necesidad de una subvención para mantener su mito. Elvis renegaba de que cuatro peludos ingleses le quitaran de los números uno de las listas, se llevarán en contenedores los dólares USA y luego criticaran al gobierno. Más o menos venía a decir que la próxima que vinieran los Beatles lo verdaderamente patriota sería organizarles una gira por Vietnam que, por aquella época, estaba de lo más calentito. No sólo Elvis fue un teórico del estado sino que era un hombre de acción. Para ello pidió al presidente que le regalaran una placa de agente federal para que pudiera ejecutar sus pacíficas propuestas. Le dieron una que sacaron del antecedente del huevo Kinder y el rey del rock se fue a casa más contento que un niño con zapatos nuevos. Todo esto que pudiera parecer un disparate pasó de verdad ¿A qué no somos tan raros?