Naomi Campbell es de naturaleza irascible. Vamos, que tiene una mala hostia de diez grados en la escala Ritchter. En los últimos meses no se sabe si pisaba más tiempo las pasarelas o los juzgados aunque la mitad de las veces ni iba a declarar. Una de sus últimas hazañas fue endilgarle un bolsazo a una de sus asistentes y ya saben que, por muy de diseño que sea, si te da en el ojo te jode vivo. Ya sea porque ese genio le obtura el riego cerebral o porque la muchacha es de por sí media lela se le ha concedido, con indudables méritos, el premio a la Metedura de Pata del Año que una organización inglesa entrega tras una exhaustiva criba. Naomi, en un ejercicio de patriotismo plausible, afirmó que le encantaba Inglaterra, especialmente por su comida. "No hay nada que me guste más que un buen plato de pasta", añadió la modelo para apuntalar su alborozo y sus vastos conocimientos gastronómicos. Decir, al parecer sin síntomas de embriaguez, que a uno le encanta Inglaterra por su comida ya debería servir para hacerse acreedor del galardón e incluso para que te desterraran. Si a esta majadería sumas señalar a la pasta como plato típico de la Gran Bretaña sería digno de tener en cuenta concederle el premio de manera vitalicia ¿Quién no se ha chupado los dedos con unos raviolis al after eight? ¿O con unos pennes a lo hooligan? No se crean, sin embargo, que no tiene competencia a la hora de decir mamarrachadas. Si se repasa el palmarés de premios uno aprecia que Darwin era un membrillo y su teoría de la evolución una gilipollez ¿Se imaginan a algún mono diciendo 'yo sé quién soy, nadie más sabe quién soy, si fuese una jirafa y alguien me dijese que soy una serpiente, yo pensaría, no, realmente soy una jirafa'? Ya sé que parece un poco enrevesado y poco apropiado (un mono es un mono y punto pelota) pero se darán cuenta que es muy sencillo en cuanto les diga que con esta críptica cita ganó el Ricardo Gere el premio del año pasado. Ya saben que el tipo anda enredado en el budismo. Debió comprar un calendario caducado en el Tibet o lo debió leer deprisa y corriendo de tal guisa que se lió y ya no sabía si estaba predicando o de invitado en el 'waku, waku'. Se quiso tirar el rollo para impresionar y le cayó el premio por soplagaitas. Miren si tiene mérito la Campbell (imagino que se creerá que las sopas que llevan su apellido las produce Gallina Blanca) que en esta dura pugna ha superado al gran Geeeoorrrgee; un competidor nato en el arte de decir chorradas. En esta edición competía con la singular frase 'Uno tiene una buena mano cuando hay más gente jugando tus propias cartas'. Se supone que el acertijo es posterior a su decisión de dejar a la bebida aunque parezca inverosímil. Yo animaría a nuestra Academia de la Lengua a imitar esta bonita tradición. A la hora de decir gilipolleces el pueblo español se ha mostrado secularmente asaz competitivo. Basta con oír algunas emisoras de radio. Amén.
Paco Miranda, «pianista de oído», in memoriam
Hace 1 semana
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