Me tiene abrumado el rigor científico de algunas encuestas. No hablo de las políticas en las que casi siempre gana el que la encarga. Me refiero a otras que, no sé por qué, debe ser que soy un mal pensado, huelen un poquillo. Hace unas semanas, un sesudo estudio concluía que la cerveza era muy buena para la salud y que la mal llamada tripita cervecera obedecía a la ingesta de cualquier otra sustancia. Acaso la lorza se deba a la dieta de acelgas. El patrocinio del sondeo corría a cargo de la Asociación de Cerveceros. Casualidades de la vida. Ahora le toca el turno al sexo. Las brasileñas son las mujeres más insatisfechas en la cama. Me imagino que alude a la coyunda y no a la dureza de la almohada o a los ronquidos del propio (o del ajeno). A mí me cuesta creerlo y no porque yo haya puesto mi granito de arena para erradicar esta humillación. Ya me hubiera gustado poner una pica en Ipanema. Debe ser porque en Brasil el clima y las anatomías no invitan precisamente a hacer punto de cruz y, en consecuencia, ellos y ellas prefieren echar un caliqueño al arrullo de Caetano Veloso. Gente sabia. Lo digo porque la encuesta la encarga, una casualidad más claro, una empresa que comercializa un antídoto contra la disfunción eréctil. Vamos, una vacuna contra el enmorcillamiento severo y pertinaz. Una lata oíga. Por ello pretenden humillar a los nativos, azuzarles para que se pongan enhiestos aunque sea con sus potingues y que así las churris no vayan por ahí dejando su reputación viril por los suelos. Las apariencias engañan, pero no me digan que los musculosos tipos que se pasean por Copacabana tienen aspecto de gatilleros potenciales. De ellas mejor ni hablo. Las palabras no harían justicia ¿Por qué no se declara el tanga Patrimonio de la Humanidad? Según el mismo informe las mujeres españolas están muy por encima de las brasileiras en índice de satisfacción. Lo que no dice la muestra es cuántas son capaz de mentir para no hundir a su chorbo. En mi nombre y en el de muchos, gracias.
Paco Miranda, «pianista de oído», in memoriam
Hace 1 semana
1 comentario:
Más que patrimonio de la Humanidad, el tanga (femenino) debiera sustituir de manera obligatoria a las bragas XXL. Así desaparecerían por fin esas antiestéticas marcas de costuras en las prendas ajustadas y al gastar menos tela en la confección de ropa interior estaríamos promoviendo el desarrollo sostenible.
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