29 de agosto de 2006

Torrelodones (sí, ya)

Torrelodones se ha puesto de moda. Además de su rima testicular y obvia el municipio madrileño es hoy un vivero de emprendedores y visionarios constructores. Como intuirán, la proverbial envidia patria les convierte a ojos de muchos en empresarios chanchulleros, pero yo no estoy de acuerdo en absoluto. Nadie es consciente del riesgo que asumen comprando un suelo lleno de boñigas y matojos que nadie quiere para nada salvo que le dé un apretón y esté cerca de la zona. Luego, el alcalde lo recalifica para hacer viviendas y todos a echarse las manos a la cabeza. Haberlo comprado tú, so listo, en vez de utilizarlo para defecaciones y demás cochinadas. Nadie se para a sopesar que esta circunstancia es cómo que te toque la bonoloto. Es decir, que el sonado pelotazo y el pastizal de euros que se llevan a la buchaca deriva de la fortuna y el azar y no de las corruptelas o de aquello que Paco el Pocero, empresario del año y me atrevería a decir que de la década, llamaría "inversión en política" ¿O no? La hermana del propio mandamás municipal compró suelo protegido que ahora, mira tú, también se ha cambiado de categoría para que se puedan levantar un puñado de viviendas y los equipamientos más necesarios para los futuros vecinos. Un centro comercial y un campo de golf. Si sobra un huequecillo igual abren un colegio o un centro de ancianos, cosas menores que ya se verán. En la misma empresa compradora están los sobrinetes. Una encantadora y tradicional empresa familiar. No sé por qué cuando se hereda una librería de generación en generación alabamos ese legado y cuando se monta una constructora y entra toda la prole a pillar trocillo sospechamos. Cómo ‘semos’, señor. Por supuesto que todo este cúmulo de episodios responde a la casualidad ¿O vamos a pensar que los constructores sabían de antemano que el suelo que no valía una higa semanas después iba a valer o un potosí? ¿O acaso tenemos que colegir que la hermana del alcalde, al calor de la efervescencia de una fiesta familiar pródiga en viandas y líquidos variopintos, le sonsacó valiosa información? Por Dios, me niego en redondo a rumiar semejante infamia. Estas cosas pasan porque los campos de golf son muy necesarios para el desarrollo del ser humano y algo hay que poner alrededor. Qué mejor que unas casitas. Mi credulidad no sólo se ciñe a este caso sino que se extrapola al aserto que en su día pronunciara un preboste del PP. La corrupción y el Partido Popular son incompatibles, dijo. Y yo me lo creo. A las pruebas me remito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es cantidad de lista la hermana del señor alcalde.Yo diría que hasta un pelín adivina.Coincido contigo en que un partido serio y responsable como el pp, no permitiría jamás de los jamases la información privilegiada.Con lo cristianos que son ellos, por nada harían una cosa de esas para luego pasar la vida eterna en las calderas de Pedro Botero.
Son unos angelitos , hasta alguno ya lo lleva en el nombre.