22 de agosto de 2006

Juez, ¿hacen unas pajillas?

Que la Justicia en España es lenta es algo tan tradicional como la Navidad. Lo que yo no sabía es que en EEUU fuese tan aburrida. Mucha serie judicial y mucho peli, tanto alegato final de la defensa conmovedor delante del jurado, con su correspondiente miembro de color, de color negro claro, y tanta gaita y resulta que nanay. Un coñazo. O eso o que el juez Thompson ha tenido mala suerte y le han tocado los casos más tediosos. Sea por lo que fuera, al prohombre de leyes le han pillado en diversas ocasiones, al menos hasta quince que ya es contumacia, haciéndose unas pajillas por debajo de la mesa y por debajo de la toga. Señor juez, no seré yo quien le recrimine estas prácticas, sería un nítido ejemplo de le dijo la sartén al cazo, pero, hombre de Dios, figúrese que se le arma un alboroto en el juicio y tiene que sacar el mazo, me refiero al de madera, para llamar al orden y le sorprende la algarada con el miembro en la mano. Sería una situación muy embarazosa, no me lo niegue. Thompson utilizaba para sus jugueteos una bomba de alargamiento de pene y, si el cachivache es eficaz y dadas las veces que persistía, lo que parece evidente es que el hombre debe andar bien dotado. Al parecer el caso 'pajillas togadas' fue una versión americana de la astracanada patria. Un urólogo que testificó defendió con vehemencia la bomba de alargamiento y concluyó que él las seguía usando. Ante la carcajada coral de los presentes hubo de especificar que el uso lo hacía en su consulta con sus pacientes y no con él mismo. El juez Thompson argumentó en su defensa que es de natural inquieto y que, en consecuencia, precisaba ciertos alivios. Una tilita señor juez o unas pipas de calabaza mientras le aseguran que son inocentes pero las pajillas está feo, señor juez. Claro que cuatro años de prisión me parece un exceso. Cómo no le dejen meter en prisión el juguetito no sé qué va a ser del pobre Thompson.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo de los cuatro años de cárcel, será para terminar la faena.El juez se tocaba el miembro y con esta sentencia le tocan las pelotas.Aunque a saber la cantidad de veces que se las habrá tocado él a otros.