30 de agosto de 2006

¿Conciertos o psicofonías?


No es por ser cenizo ni porque desee mal a nadie pero los Rolling deberían sentarse a discernir dónde está la débil frontera que separa un concierto de una psicofonía. Los años son muy malos salvo para los vinos. Ellos dicen que están en forma pero eso de ser testigo de cómo te acompaña un geriatra a los directos no debe ser plato de gusto. Menos si piensas que has cambiado a grouppies exuberantes y extrovertidas, es decir, macizotas y libertinas, por un señor con cara de palo que en vez de bailar con tus canciones se va a dedicar a pulsar tu próstata y que te va a tomar la tensión en vez de pasarte un porro. Por mucho que sus 'manageres', representantes, agentes de prensa, mayordomos y demás séquito quieran edulcorar el asunto y poner paños calientes, la cosa pinta fea. Jagger se quedó afónico, Richards se cayó de un árbol, Woods le dio de nuevo al pimple y Watts, el tío con cara de consejero de una multinacional y de preguntarse a cada momento qué hace junto a esos tipos, ya ha oficializado su jubilación. Sesenta y cinco castañas le contemplan. Es cierto que, hasta la fecha, han sido un referente para aquellos que ya empezamos a clarear la coronilla y a contar por cientos las canas. Si ellos con sesenta tacos y la agitada vida que han llevado pueden dar esos brincos y gastar esas energías sin necesidad aparente de bombonas de oxígeno a al espalda, mal se le tiene que dar a uno para no poder cantar un villancico en Navidad o tirar un penalty a los sobrinos. Desde luego da gusto verlos con esas atrevidas ropas sin haber cedido a la amenaza del pantalón de tergal y el zapato de rejilla con calcetín gris; ese horripilante uniforme que marca el paso de la madurez al declive irreversible. Yo también me niego. Cuánto más viejo más pellejo, decía mi sabia abuela. Pues eso. Y si no fuera porque los diseñadores modernetes piensan en 'cuerpos Danone' para las tallas y marginan al grueso de los 'cuerpos Litoral' allí estaba yo dejando a Paco Clavel en hombre discreto y pudoroso en su vestir. Pues no soy yo nadie. Y eso que me cerraron Sepu.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que tiene mucho mérito que estos sesentones, a los que les sobra el dinero,sigan haciendo mover el esqueleto al personal, con riesgo de que se desparrame el suyo.Sus ritmos siempre me hicieron bailar, aunque prefiero los agarrados, a ser posible con maciza mejor que con geriatra.

Hablando de ritmos bailongos , el sábado estuve viendo a un grupo irlandés de música celta, que me sorprendió gratamente.Qué musicazos y qué marcha de la buena.Hablo de KILA.

cambalache dijo...

Bueno es saberlo. No los conocía. Hurgaré en internés

Anónimo dijo...

La misma noche del sábado puse a trabajar a la mula y me bajé el LP "Luna Park".Está muy bien, aunque tiene varios temas suaves, pero el concierto que dieron, fue cañero total con mucha calidad.