3 de mayo de 2006

Seamos serios

Verás cómo al final me voy a tener que tragar mis palabras y don Mariano va a tener razón. Ha sido llegar Zapatero al poder y llueve en Almería y no es que el fenómeno climatológico sea en sí malo para esta tierra; no, no es eso. Es que llueve como si estuviéramos en Finisterre cuando YO estoy de vacaciones. Si es que tanto preámbulo con que si nación sí o nación nones, tanto que si unidad de nación o no tenía que traer sus consecuencias. Ya me escamé cuando hace unos meses tuve que viajar a Valencia a presentar la novela de un colega. Fue llegar a la ciudad del Turia (qué original) y nevaba como si estuviesen rodando Doctor Zhivago. No le di importancia más allá de lo anecdótico pero ahora que voy atando cabos (que tiempo tengo para eso y más con la playa a escasos metros y cayendo una chupa de escándalo) me doy cuenta que todo es consecuencia del jaleo patrio. Que empieza uno con el Estatut y acaba por hacer la fabada con garbanzos o cantando las muñeiras al compás de bulerías. Y esas cosas no se tocan. Ya me lo barruntaba ayer cuando un golpe de viento me había llevado la página del Sudoku a las afueras de Tánger y el cupón del MP3 de El País debía andar enganchado en algún minarete de alguna ciudad aledaña. Para quien no lo sepa, y que esto no sea óbice para visitar esta maravillosa tierra Candela, que lo es como bien sabes, en Almería cuando sopla el viento con ganas puedes subir en una tabla de surf y aparecer en Sudáfrica en unas tres horas. Pues bien, hoy me he levantado, he dado un paseito de esos de jubileta y he vuelto para iniciar mi tiempo de ocio y trabajar un poquito después de la siesta en mi nueva novela (parezco Umbral). Duchado y silbando como buen turista, presto a darme un garbeo, he contemplado estupefacto como las simpáticas empleadas del hotel (¿por cierto, por qué en los hoteles pata negra, que uno ya pateo bastantes fondas infectas, no hay escobilla de váter?) achicaban agua cual hundimiento del Titanic. Y aquí me tienen, escribiendo estos chascarrillos para matar el rato, sin saber si estoy en la playa de San José o en la de Brighton sin encima ser un ‘mod’ sino un auténtico gilipollas. Rodeado de niños que berrean con razón, parejas que, a poco que piensen, podrían utilizar el tiempo en cosas más placenteras, y ancianas con los ojos como platos que creen que sus yernos las han engañado y las han llevado allí para tocarles los reumas. Seamos serios, por favor. No me toquen los territorios, señor mío, no me los toquen; que no es por la unidad de la patria, joder, es porque quiero que el mundo disfrute de la contemplación de mi cuerpo en la playa, vea los efectos del gimnasio y ya no me confundan con una escultura de Botero ubicada entre la arena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero que mala pata, justo cuando TU estás de vacaciones que aparezca la lluvia ALLÍ, cuando precisamente ALLÍ siempre aparecen soles y más soles, ALLÍ en esa parte de la Peninsula Iberica,(¿estará bien dicho?)
De veras Cambalache crees que tendremos que darle la razón a Don Mariano..?
Menos mal que terminas la columna con un bonito guiño para los que NO ESTAMOS DE VACACIONES.
Y ahora, déjate de esculturas, respira y a remojarse...

Anónimo dijo...

Acabo de meter la pata en el artículo de hoy.No había leído este , y pensé que la playa tan guapa estaba en suelo no patrio.
Yo cuando estoy bañándome y llueve, me meto debajo del agua para no mojarme.Así es que a bañarse y Mariano que diga lo que quiera .Ni puñetero caso.