12 de mayo de 2006

El misterio de la edad

Es un misterio recurrente que siempre me sacude cuando leo alguna noticia sobre fósiles. En un municipio cercano a Cuzco (el de Perú claro) han encontrado los restos de un taxodonte (al parecer un hipopótamo pero sin liftings) de un millón y medio de años. Sé que la pregunta puede parecer propia de un lerdo (no sería una hipótesis descabellada) pero siempre me surge y nadie me da la solución ¿Cómo podemos saber con tanta exactitud la edad de estos bicharracos cuando ni siquiera somos capaces de conocer la de Sara Montiel? Hay cosas que nunca entenderé, muchas la verdad, pero es que hay dudas que se me han enquistado en mi cerebro y llegan a torturarme. Otro caso me ocurre con las audiencias televisivas. El programa tal lo han visto un millón doscientos cincuenta y cuatro mil quinientos veinticuatro espectadores. Pero, señor mío, ¿cómo lo saben? ¿es qué la maquinita que al parecer te ponen también te controla si te vas a mear? ¿cuenta esa ausencia transitoria? ¿la detecta? ¿alguien conoce a alguien que tenga ese cacharro en su casa? ¿aguantaba el medidor de alelados espectadores la presencia de Urdaci en los informativos? ¿se aceleraba con la presencia de las mama chichos y perdía precisión? ¿se duerme con las monsergas de Sánchez Dragó? Son muchas preguntas que pueden parecer ridículas pero la ventaja que tiene vivir en un país como éste es que estas incertidumbres existenciales te pueden convertir en un intelectual con conferencia en universidad de verano incluida. Ya verás como algún listo se apropia de este cuestionario y le financian una charla coloquio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Urdaci, tenía asegurada una gran audiencia.Ese mismo público fiel a las grandes obras del insigne Pío Moa.

cambalache dijo...

Lo de Pío Moa y gente de este tipo me cuesta tanto creer que ellos se crean que lo defienden que lo achaco a que se crean un personaje de sí mismos, como el ínclito Losantos, que les da de comer muy bien.