2 de abril de 2006

Qué tendrá Marbella

No hay que escatimar elogios ni dotes adivinatorias a Los Chichos. No sólo al del medio sino a los tres. Años ha, como ya ha recordado la prensa, iban estos entrañables tipos, reyes del hilo musical de los coches de choque, ya rumbeando aquello de "que tendrá Marbella, que tendrá la costa que todo el llega anda y se coloca" (coloca, coloca). De momento tiene una densidad de políticos chorizos (presuntos por supuesto) propia del Guiness. Ahora aflora lo que se ha ido cociendo desde hace lustros sin que se remangaran los poderes públicos y se metieran en el fango y la podredumbre. El virreinato de Gil, aquel que decía que sólo se deberían presentar alcaldes los millonarios para que no se lo llevaran crudo, caló de tal manera que, desde entonces, la inmensa mayoría de los que han pasado por la poltrona y aledaños se han hecho multimillonarios de la noche a la mañana. Y lo alucinante es que la exhibición de lujo y derroche era tan 'ostentórea' (neologismo también debido al fallecido alcalde marbellí) que cualquiera con algo de sensatez al menos debería preguntarse cómo se estira el sueldo de una alcaldelsa para poder vivir en Falcon Crest y dejar a deber unas obritas por más de un millón de euros. Este país, al que a pesar de todo se le toma hasta cariño, ha parido gentes a quienes, sin ánimo de crítica, se les achacaba recurrir al sainete para distorsionar la realidad de España. Lo cierto es que, visto lo visto, el venerable Luis Berlanga se hubiera quedado corto y la entrega de Torrente en Marbella se antoja un cuento de niños comparando con lo que pasa. No sólo allí. Por lo visto, el alcalde de Orihuela se pasea por sus calles fardando de Rolls cuya propiedad es de un promotor inmobiliario que, a su vez, también le presta un chalet para que el pobre regidor viva ¿No es grande? ¿no les parece un paraíso único de pícaros y piratas? La cosa es grave pero, sinceramente, es más saludable tomárselo a risa siempre y cuando esta cuadra de chorizos (presuntos) paguen por los mangoneos, por los engaños, por el despilfarro de impuestos y, en suma, los siguientes sepan que tener un Rolls a cuenta del contribuyente les puede llevar a la cárcel en un furgón de la policía pagado por los mismos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto es una prueba