Ciao Berlusconi

Querido Silvio, yo también estoy desolado porque Europa y el mundo pierdan al frente de un gobierno a un estadista de tu talla. Ya sabes que así de 'porca' y desagradecida es la democracia. Deberías soltarte ya de la pata de tu sillón presidencial, dejar de llorar que se te van a deteriorar los liftings y dar paso a un nuevo gobierno porque has perdido, por poco, pero has perdido. Y además no vas a gobernar por tus propias leyes, esas mismas que retorcías como regaliz o acomodabas a tus múltiples intereses. Silvio, que no te moleste lo que te voy a decir, Dios me libre, pero que tú (excusa el tuteo pero me resultas tan incomodamente cercano) hables de corruptelas debería dar que pensar porque nadie como tú no sólo para dar opiniones sobre el asunto sino para redactar tratados y conferencias. Ahora pides que se vuelva a contar uno por uno los votos; luego dirás que la convocatoria de elecciones era una de tus sublimes bromas y que para que van a cambiar los italianos de gobierno con lo guapo y simpático que eres. La verdad es que, entre tú y yo sin que nos oiga nadie, esto de la democracia, cuando no ganas, es como un grano en el culo. Ya sabes que los españoles y los italianos nos parecemos bastante por aquello de la historia y demás y que tu amigo 'Ansar', otro gran estadista que perdió el viejo continente, y los amigotes de tu amigo 'Ansar' siguen dando vueltas al molino. Siguen pidiendo que, ya que nos dejan votar, les expliquemos además a quién y por qué. Ellos dicen que no ganaron porque hubo un atentado y yo les digo que no ganaron porque tuvieron menos votos, fueron unos mentirosos y, porque en su mayoría, ahora en el burladero de la oposición, no merecen ser votados ni para presidir sus comunidades de vecinos. Qué buen rollito teniáis Jose y tú; qué tiempos Silvio, allí los dos sentaditos en alguna de tus magníficas villas fumandoos un puro mientras sopesabáis la magnitud inmensa de vuestra personalidad. En estos tiempos de Semana Santa me pregunto si cabe mayor penitencia que haber perdido a este par de estadistas y no encuentro consuelo posible.