14 de noviembre de 2005

Escuchemos el clamor

Después de la 'manifa' de ayer, el PP exige al Gobierno que escuche el clamor de la calle. Uno ya no sabe hasta dónde pueden llegar los límites de la hipocresía y la desvergüenza política. Para estos tipos parece que no existe más tope que el que puedan marcar la manipulación y la mentira y de ambas cosas saben una barbaridad. Las concentraciones contra la repugnante guerra de Irak fueron las más numerosas que ha vivido este país. En aquellas ocasiones no fue necesario fletar autobuses desde los lugares más recónditos ni preparar bocatas ni sacar a las monjas a la calle. Estaban alimentadas por la indignación de los ciudadanos ante una atrocidad. No se sustentaba la protesta en ninguna mentira. Ahí están (mejor dicho ya no están) los muertos inocentes, los huérfanos y los niños y ancianos tullidos ¿Qué clamor escuchó Ansar y los suyos? ¿Qué caso hicieron? No digo con ello que haya que pagar con la misma moneda, lo que sí digo y mantengo es que hay que tener el estómago del tamaño de un contenedor para ver y oír sin codificar a estos individuos. Hoy, en una de las fotos que publica la prensa, aparecen tras un pancarta Ignacio Astarloa, Ana Pastor, Zaplana, Acebes, 'Espe' y alguno más. Les falta saludar a la cámara para demostrar lo contentos que están de haberse conocido. Qué majos. Qué grandes políticos. Imagino que estarán ya madurando la próxima 'manifa'; es tan 'diver'.

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