UN MUNDO VOMITIVO

Algún día tenía que pasar. Un colega de oficio ha echado la pota mientras daba las noticias. Kenny Toal, copresentador del informativo de la ITV Tyne Tees británica, en un ejercicio de profesionalidad que le honra, ha preferido culpar a su santa madre del percance antes de hacer recaer la responsabilidad en este perro mundo que no hay quien lo aguante. Y eso que ya no está Toñín Blair. Dice el muchacho que fue una tartita de queso en mal estado que mami le había preparado con primor pero cuentan las malas lenguas que, justo antes de la primera arcada, estaba prevista la emisión en exclusiva de unas imágenes en las que aparecían Carlos y Camilla recién levantados de la piltra ¿Lo entienden ahora? Kenny no pudo soportarlo y echó la pela en la papelera mientras los televidentes ingleses apuraban una porción de plum cake. Un asco, la verdad. El bueno de Kenny, en aras de ese prurito periodístico mal entendido, anduvo de lo más guarrete. Por no querer abandonar el plató leyó las noticias con unas interferencias que anunciaban inminentes vomitos. Más o menos lo que me pasaba a mí, como espectador eso sí, con los nodos de Telemadrid. Fue dejar de verlos y 'niquelao'. Mucho mejor que una manzanilla. Dónde va a parar. En España, que se sepa, aún no ha ocurrido y no porque falten razones en los informativos. Simplemente nuestra afición a la guindilla nos curte el esófago y somos más de aguantar. Hoy, por ejemplo, pueden ponerse a prueba. Creo que la Patiño entrevista a Ángel Cristo. Si usted puede con eso ya se puede desayunar tranquilamente unas manitas de cerdo y rematar con unos callos con cereales.

Domingos en pelotas

Ya no hace falta que mire el horóscopo ni que le echen las cartas ni que le confeccionen la carta astral. El secreto de la felicidad es pasarse el domingo en pelotilla picada con su pareja. A Christina Aguilera le funciona requetebién ¿Por qué a nosotros no? Tanto darle vueltas, tanto prometer que no vas a ver el fútbol y vas a mear dentro de la taza y resulta que todo consistía en vivir la vida como si estuvieras a punto de ducharte. Y yo volviéndome loco comprando trapitos en las rebajas. Dice Chris que ese es el truco de su dicha junto a su churri. Que se levantan juntos y se tiran el día por la casa ligeros de equipaje. Lo de la casa es una deducción de mi cosecha ya que no imagino que vayan de esta guisa a misa de doce. Ella, en un afán de pormenorizar su estrategia, matiza que todo lo hacen juntos y en pelotas. Algunas cosas ya nos imaginábamos pero otras nos cuesta más. Sobre todo eso de cocinar sin delantal con los atributos y los pezoncillos expuestos al chisporroteo del aceite. Qué grima. Bien es cierto que por aquellas latitudes de los eeuu ya saben que llaman banquete a comerte un sanguiche untado con mantequilla de cacahuete. Me parecería demasiado riesgo dar la vuelta a una de nuestras ancestrales tortillas de patatas de esta guisa. Mira que si al tipo se le cae el huevo en su misma redundancia. Además dice ella, asaz picarona, que a la grasa de la cocina se la puede sacar mucho jugo. Se refiere, creo yo desde la más absoluta ignorancia en juegos eróticos, a la versión Fairy de la mítica secuencia de la mantequilla de El último tango en Paris (cuánto tiempo tarde, por cierto, en volver a untar la margarina en las galletas María después de verla; me parecía que la estaba infrautilizando) Cada vez me apasionan más estas entrevistas de interés humano. No sólo se promociona el artista sino que te soluciona la vida y todo por el mismo precio. Para entrevista de interés sideral la que ayer noche realizó Sánchez Dragó a Ángel Acebes. No pude verla y bien que lo siento. Espero que regalen el dvd dentro de la próxima sopera del diario La Razón. Menos mal que, aunque no sea lo mismo, he podido leer algunos retazos. Acebes dice que Telemadrid es un ejemplo de libertad. A partir de ahora la dirección del cortijo de Espe igual se plantea ubicar en horario infantil el informativo del místico presentador. Está visto que a partir de ciertas horas de la noche uno puede decir cualquier cosa. Fíjense si hasta un día se les cuela algo sensato. Menudo desastre.