11 de junio de 2009

CRUZADA ANTICHIRINGUITO

Nadie como uno mismo para saber de sus carencias intelectuales. Debe ser que las mías alcanzan la categoría de un agujero negro. Por ello no entiendo esta persecución gubernamental al chiringuito playero. Es posible que en el contexto de crisis financiera sin precedentes resulte pésimo tomarte unos chopitos con un tintito de verano tocado con el gorrito de delfines. No digo que a la capa de ozono le venga nada bien los regueldos postreros a la ingesta de una paellita. Ni siquiera, por puro desconocimiento, negaré los efectos dañinos para el equilibrio sostenible (que nunca he sabido bien lo que es) de que te zampes un frigopié sentado frente al mar. Nada de eso. Costas, que así se hacen llamar estos inquisidores aunque parezca el apellido de un compañero de 2º de la ESO, sabrá lo que se hace. Si hay que ir a la playa como Orzowei, afilar el palo de la escoba, sumergirse en las profunidades marinas y pescar una prótesis de cadera en Benidorm se hace y punto. Nadie mejor que las autoridades para velar por nuestro bien. Así la plebe no importunara a los modernetes que destrozan los senderos con el cuatro por cuatro hasta que arriban esas playas paradisíacas supermonas en las que en vez de suegras con sobrepeso hay aguas cristalinas y mares de corales. No hay que olvidar que resulta de los más ordinario que uno pase un rato agradable tumbado en la hamaca mientras lee el Marca. Ahora hay que hacer submarinismo y buscar fósiles de la época de los fenicios debajo de la arena. Y cuanto más solitaria la playa mejor que luego cuesta un huevo quitar a los bañistas con el fotochof ¿He dicho playa? Perdón, perdón. Eso es si eres de Parla. Quería decir cala o, más exacto, calita. Si te entra sed, como no hay chiringuito ni te puedes llevar la botella por si se te olvida el plástico y deterioras el paisaje, sólo queda la opción, ecológica y práctica, de llevarte un equipo completo de desalinización de agua. Junto a la sombrilla lo más normal. Digo yo, una tontería sin duda, que si este celo en el cumplimiento de la ley de Costas no se podría haber aplicado en otras ocasiones. Hablo de cosas menores como el mazacote de cuatrocientas habitaciones que se levantó en la playa del Algarrobico y que, pese a ser ilegal, se construyó y ahí sigue. Ya sé que es un detalle menor. Mucho más agresivo un chiringuito. Dónde va a parar.

1 comentario:

paredes dijo...

Más les valdría quitar los chiringuitos ¿educativos? al clero, y dejar en paz los playeros.
Eso de ser fuertes con los débiles no es muy socialista que digamos.