9 de junio de 2009

CUESTIONÓLOGOS VERSUS MOCIONÓLOGOS

Quince días de campaña no me han bastado. Lejos de pensar que ellos no se han explicado bien prefiero tenerme yo por un tonto del culo sideral. Ya que no soy político nunca viene mal un poco de autocrítica. Ahora que ya ha pasado confieso que estuve a punto de votar a Mayor Oreja para tenerle lo más alejado de España posible. Sin embargo, en estos momentos de incertidumbre, ya no sé si las elecciones eran para Europa, para España, para mi terruño o para cambiar al presidente de la comunidad de propietarios de mi inmueble. No seré yo quien reste méritos a quienes se los gana a pulso. Si la campaña, salvo honrosas excepciones que las ha habido aunque se ignoren, estuvo marcada por el papanatismo, el postparto no se queda atrás. La alta política se sustenta ahora en si te presento una moción de censura que te cagas o en si me presento yo mismo una cuestión de confianza que te mueres. Es asombrosa la capacidad que tienen de mimetizarse con el pueblo para saber en medio segundo cuáles son las inquietudes que le perturban. De hecho, mi señora madre pensionista me ha telefoneado alarmada a primera hora de la mañana. Hijo ¿tú cómo lo ves? Yo de toda la vida de Dios he sido más de moción. Menudas broncas tenía con tu padre que en gloria esté porque él era más de cuestión. Por llevar la contraria, ya sabes. Ahora no te creas que lo tengo tan claro. Por cierto, acuérdate de sacar las croquetas del congelador. Desde este modesto rincón propongo que, desde la Administración, se impulse una campaña institucional para que cada ciudadano se pronuncie sobre tan vital asunto. Unos a un lado y otros al otro. Como los mods y los rockers. Nunca falta una excusa para alentar la división de las dos Españas. Estas cosas parecen una gilipollez pero entretienen una barbaridad. Esta demostrado de manera científica, en concreto por los discípulos del profesor Bacterio, que mientras uno piensa si para el futuro del país es más conveniente una moción o una cuestión se olvida que para el suyo propio lo mejor sería tener un trabajo o poder pagar la hipoteca. Para que luego digan que no se toman medidas conjuntas para luchar contra la crisis. Estos sí que son pactos de Estado aunque ninguno de los dos lo sepa.

No hay comentarios: