TRAJES DE ÉPOCA

No es de extrañar que Paquet Camps y su compinche Costa tuvieran tantas ganas de rajar ante el señor juez. De momento sólo ha podido calmar esa ansiedad el segundo de ellos. Ricardito no niega de forma tajante algún pesebrillo aunque, eso sí, mucho antes de que alcanzara de manera tan merecida sus responsabilidades actuales en el PP valenciano. Es decir que puede que haya habido ternos por la filosa pero, en todo caso, fue el traje de la Primera Comunión o, mucho más atrás en el tiempo, un kit de Orzowei con taparrabos y lanza que el Bigotes le regaló para su estreno en una fiesta de disfraces. Después de estos detalles ¿cómo no querer un huevo a este tipo? Y los dos salvo en el caso de Franco que, como saben, ahora se ha conocido que sólo gastaba un testículo. Qué laguna histórica. Siempre se había pensado que hacía las cosas por sus cojones y resulta que hacíamos un uso indebido del plural. En fin. Mañana le toca el turno a Paquet. El PP se ha volcado con este héroe del prêt á porter. Del Cabo de Gata al de Finisterre no queda nadie que pinte algo en el partido de Mariano que no haya puesto su antebrazo en la barbacoa por su cítrico presidente. Otra cosa es que sea despistado y no encuentre las facturas. Ya le pasó a Josemari con las armas químicas de Irak. Por cierto, ha sido el propio ex estadista in pectore quien ha aseverado que Camps ha hecho las cosas bien. No se sabe si se refiere a que conjunta de modo certero las corbatas con las camisas o a que está muy bien que un mecenas te financie el fondo de armario. Rajoy, en un alarde de actividad impropio de él, ha renovado su confianza ciega en él y Rita Barberà ha ido más lejos y le ha propuesto de fallera mayor. El traje regional, mucho más caro que los de Milano, correría a cargo del erario público en desagravio a tanta insidia. Tampoco sería raro que Paquet, tan cariñosón él, acabe dando un beso en la frente al magistrado y le cuente como eximente o agravante en función de las orientaciones de cada cual. 'Te quiero un huevo, juez. Le voy a decir al Bigotes que le regale unas togas'. Una de dos. O sales libre o te empuran por intento de soborno.