29 de marzo de 2009

CHORRADAS IDEOLÓGICAS

Silencio. Rajoy trabaja. Desde hace días anda enclaustrado. Acorralado por las fichas temáticas y provisto de un termo con té y unas campurrianas prepara su oposición a líder fiable. Pronto se enfrentará de nuevo a un plató poblado de ciudadanos ansiosos por saber qué hay de lo suyo. Tal es la importancia de esta cita que, como decía, Mariano se ha remangado y se ha puesto a currar. Una proeza. El objetivo de este titánico esfuerzo está claro. Quiere alejarse de ese papel de estadista distante y acercarse al compañero de dominó que todos querrían tener en el bar del pueblo. Ahí es donde Mariano da la talla. Dice que eso de las ideologías es una chorrada de intelectuales y culturetas. Es posible que no le falte razón. Salvo en el pequeño detalle de que, todo lo que preocupa y ocupa al pueblo llano, está, de una u otra manera, empapado de alguna idea. A una mayoría le inquieta el acceso a una vivienda pero no es lo mismo poner el suelo en manos de especuladores para que el precio engorde al ritmo de sus barrigas que poner suelo público gratis para levantar pisos que se puedan pagar. Y esas menudencias son ideología por mucho que Mariano, en sus apuntes, lo denomine como buenamente le salga del níspero. Está científicamente probado que todo aquel que intenta promover ese batiburrillo con el que argumentar que ya no hay derecha e izquierda es que es muy de derechas. Otra cosa bien distinta son los partidos que se adscriben a una u otra tendencia. Por ejemplo, no es nada de izquierdas donar a discreción cuatrocientos euracos ya seas Botín o un auxiliar administrativo de CajaDuero por mucho que lo promulgue un partido socialista. Eso sí, no me viene a la memoria ninguna medida del PP que me parezca mínimamente progresista. Ni siquiera la fecundación in vitro de Cospe. SÍ se me antoja admisible pensar que, ciertamente, el corsé de la realidad bien puede moldear las ideologías pero, en ningún caso, en nombre del pragmatismo se debería tender a sepultarlas. Aunque no me hagan caso porque seguro que soy un antiguo. Y eso que ya no llevo calcetines blancos.

2 comentarios:

paredes dijo...

Hasta ahí podríamos llegar.
Doña y el galla no pueden permitir que haya un teatro en un barrio obrero.
No sería lucída la inauguración.

paredes dijo...

Tiene unas ganas el chico de Moncloa, que está dispuesto hasta a trabajar para llegar.
En Galicia ha comenzado la reconquista, y en Euskadi están poniendo los cimientos para que el de los hilillos tome café copa y puro pronto como presi.