¡QUÉ COSAS TIENE MI PACO!

Dicen que esto es muy grave pero lo cierto es que yo me descojono. Si este fuese un país serio a buen seguro hubiera pedido asilo político en el Matto Grosso o sea que, ya que les pagamos, qué menos que echar unas risas. Ahora dice don Paco que todo esto de la 'Brigada Anacleto' es un montaje para derribar al gobierno de Aguirre. Es decir que todo es verdad de pé a pá. En caso contrario, de lo poco que se sabe y de lo mucho que se sabrá ¿qué es exactamente un montaje?

Con mis propios ojos, a través de mis flamantes gafapasta, he visto las fotos del tal Ignacio González a su llegada a Colombia ¿O era la Pantoja de Puerto Rico con flequillo? Con los mismos ojitos he podido leer hoy en el diario el informe sobre el vicealcalde Cobo que, por cierto, bien merece una mención aparte. Baste decir que al objetivo le denominaban "C" de Cobo en un alarde de creatividad sin precedentes.

Si las fotos están trucadas, si el informe es falso ¿por qué no denuncian al periodista? ¿Cuál es la manipulación? Todos a una, incluido don Manolo, uno de los espiados, juran y perjuran que detrás de este Watergate de Saldos Arias no está la mano de la Comunidad de Madrid. Seguro. Después de horas de conjeturas se me ocurre que es un complot de la cofradia de Jesús el Pobre para comprobar si estos políticos descarriados van o no a misa ¿Quién coño va a ser?

Lo que asusta en el PP aguirrista es que, si se sigue tirando de la manta para engordar el bochorno, todos estos individuos, doña Espe a la cabeza, se deberían ir a cazar gamusinos. Hay muy poca vergüenza pero tan poca parece improbable. Lo peor de esta chapuza es que quien la promueve lo hace movido por un espíritu muy compartido entre quienes llegan al poder. Es aterrizar en el despacho y olvidarse al momento que una cosa es gobernar y otra bien distinta es mandar. Lo digo porque, una vez elegidos en las urnas, se diría que su única vocación es hacer lo que les sale del mismo níspero.

Y eso incluye gastarse una millonada en canapés en plena crisis o contratar a cuatro individuos para vigilar al adversario. Principalmente a los más peligrosos que, como todo el mundo sabe, suelen estar en el mismo partido. Ya lo dijo alguien. "Ya no sé si soy de los nuestros". Que le pregunten a Granados que seguro que lo tiene en vídeo.