6 de diciembre de 2008

BILL SABRÁ PERDONAR



Obama ya tiene su primer escándalo. Qué digo escándalo. Eso lo dejo para Raphael. Un auténtico escandalazo de dimensiones aún desconocidas. Ríanse del 'tontocojonismo' de Castro. Aquí sí que van a rodar cabezas. No es para menos. Uno de los asesores del futuro presidente debió cocerse y no se le ocurrió otra cosa que tocarle un pecho a Hilaria Clinton. No sé, ciertamente, si el detalle de que ella fuera una silueta de cartón es un atenuante o un agravante. También es verdad que, por la postura de la mano, no se sabe bien si quiere tocar mamella o comprobar si lleva en el bolsillo interior la funda de las gafas. De todos modos, las celebraciones de estos tipos son harto extrañas ¿Quién invitó a esta Hilaria hierática y extraplana? Es más ¿quién coño cargó con ella hasta llegar a la fiesta? ¿No es más normal llevar una botella de Johnnie Walker o una bolsa de Cheetos? Pues nada oye. Aún así no creo que este incidente influya en su matrimonio. Bill sabrá perdonar ese desliz habida cuenta que ella fue comprensiva con aquello del sexo oral de la becaria. Que no era que la 'Lenguiski' le contará en horario laboral al presidente cómo copulaba con su novio sino al parecer otra cosa que aún está por desclasificar. Está visto que, gobierne quien gobierne en los EEUU, cuando hay una teta por medio, aunque sea de papel de estraza, los cimientos de la sociedad se tambalea. Con lo tranquilos que viven cuando bombardean por equivocación un campamento de civiles. De todos modos, los raros debemos ser nosotros. De momento, en Nochevieja me voy a ir al guateque con un ninot de Mariano. Es lo que tiene ser un pionero.

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