29 de octubre de 2008

EL BUGA DE DON ERNESTO

Qué fácil es hacer leña del árbol caído. Para eso no hay ni hecho diferencial que valga. Andan en Catalunya indignados con don Ernesto. Antes de que me presente una querella por vilipendio del catalán les diré que hablo de Ernest Benach, pero después de saber del 'tuneo' de su coche oficial le pega más ese tratamiento solemne y señoritingo como de apoderado de novillero. El president del Parlament catalán, en su afán no sólo por llevarse el trabajo a casa sino por rematar unos informes en cualquier curva de Granollers, ordenó ponerse en el buga un sistema wi-fi, un televisor y un reposapiés eléctrico. Si les digo la verdad ignoro la virtualidad de este último extra. Si quería algo para los pinreles mucho mejor un brasero. Digo yo. Cuentan, aunque este extremo no está confirmado, que hasta le montaron un armario ropero de Ikea aunque no le dijeron la procedencia por no ser empresa del Bajo Ampurdán. Este último complemento pudiera extrañar pero obedece a la eventualidad de tener que quitarse el traje y ponerse la barretina en el propio vehículo para hacer la ofrenda a la Moreneta. En estos casos, el dinero público es lo de menos. Lo que importa es que un ejemplar político, en su empeño como servidor público 'full time', se sacrifique a ver el 'Diario de Patricia' hasta en el coche para luego criticarlo con conocimiento de causa y poder presentar una iniciativa contra la telebasura. Ya puestos echo de menos una caja refrigerada para los cohibas y el Möet Chandon por si te pilla en un semáforo la celebración el título del Barça. A saber cuántos diputados no tienen en el coche los dados de peluche colgados del retrovisor o la foto de los churumbeles con el 'papá, no corras'. A saber si Pujalte no ha puesto en el capó unos adhesivos con llamaradas de fuego ¿Y alguien les dice algo? Pues a pesar de estos atenuantes, don Ernesto se ha visto obligado a pedir perdón. Esto sí que debe ser el hecho diferencial porque, francamente, no lo entiendo ¿Y ustedes? A ver si voy a ser yo el rarito.

2 comentarios:

paredes dijo...

¿Y qué ha dicho Carod?

Likuid dijo...

Por lo menos ha tenido la vergüenza de pedir perdón. Gesto que aunque se la sople internamente le honra en cierta medida.