27 de agosto de 2008

¿PRESIDENTE O PADRE DEL AÑO?

Ya no sabe uno si Obama es candidato a presidente o a padre del año. Como todo el mundo conoce, nadie que quiera dirigir esa gran nación puede hacerlo si antes de dormirse no ha leído un cuento a su chiquitín, ha besado en la frente a su esposa y ha sacado a su perro a miccionar. Allí te perdonan que bombardees a un país pero jamás que le mires el escote a la churri del embajador de Brasil durante una cena oficial. Hasta ahí podríamos llegar. Menudo futuro político le hubiera esperado a Cascos en Arkansas. No es que quiera meterme yo con Obama. Dios me libre de semejante pecado. Aquí en Europa ya saben que somos de Obama aunque lo que no sabemos muy bien es qué va hacer. De momento ayuda a fregar los platos en casa. Todo un buen presagio. Cada vez me irritan más esas performances moñas protagonizadas por esposas enamoradísimas y niñas con coletas que tiran besos a sus papis y que más que la convención de un partido político parece un programa de la Gemio. Por lo visto, la campaña de Obama ha obligado a atemperar las ínfulas revolucionarias de su señora. Al parecer era una radical de tomo y lomo. Claro que una radical de esa naturaleza en los EEUU viene a corresponderse aquí con Celia Villalobos. Más o menos.

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