19 de junio de 2008

MÓVILES PARA SUS SEÑORÍAS

Aunque pueda parecer excesivo creo que es un dispendio más que necesario. Nos vamos a gastar más de tres millones de euros en comprarles móviles a los diputados y senadores. Eso es lo que Solbes llama austeridad. Vaya por delante que entiendo a quien defienda que si quieren llamar pidan algo de calderilla a Bono y lo hagan desde una cabina o desde un locutorio mientras baila una bachata. Sin embargo, uno, que ha padecido más de un Pleno, comprende que se hace insoportable si al menos no puedes enviar un SMS al colega de enfrente. Mensajes del tenor 'has visto cómo lleva el tupé hoy Anasagasti' o 'está mucho peor Pujalte sin bigote'. En suma, cuestiones de Estado. De los terminales adquiridos muchos de ellos son de última generación. Es decir que hasta puedes evitar dormirte mientras el ministro de turno presenta las cuentas del Reino viendo en la pantalla una de Gracita Morales. Ya verán como a partir de ahora nos evitamos la vergüenza de ver los escaños vacíos mientras un 'propio' clama contra las escasas ayudas del Gobierno al sector atunero. Si no es por el interés del asunto, cosa extraña por lo apasionante del tema, al menos que sea porque no quieren perderse el final de 'Yo soy Bea' o porque quiere comprarse una máquina de abdominales en el teletienda. A Mariano, como jefe de la oposición y estadista en la reserva, le habrán dado uno fetén con cámara de vigilancia para que mientras lee el Marca en el escaño no le apuñalen por la espalda. Igual Espe se conforma con llamarle al flamante móvil a cobro revertido. Sería una ingeniosa venganza si no fuera porque, además de pagarles el cacharro, también les costeamos la factura. A usted le puede parecer un chollo pero no crean. A menudo es mejor tener que llamar a Telepizza para pedir una cuatro quesos que no como ellos tener que llamar a Bush a las tantas para evitar una invasión. Usted y yo no lo comprendemos, pero entre prohombres de Estado estas cosas pasan. Por otro lado, siempre es bueno que los diputados menos conocidos tengan móvil para que se pueda chequear si además de cobrar la nómina siguen viniendo al Congreso o a alguno le ha dado un jamacuco y lleva debajo del asiento desde que entró Tejero. Les aseguro que después de un año cubriendo información parlamentaria, un servidor encontraba más gente conocida en la playa de Gandia que en los pasillos del hemiciclo. Casos ha habido que, después de cuatro años de Legislatura, a algún diputado le han confundido con el de mantenimiento. Como se lo cuento.

1 comentario:

paredes dijo...

¿Y no han confundido a alguno de mantenimiento con un diputado?

Después de aguantar un año cubriendo( en sentido periodístico, no confundir)la cosa parlamentaria, ya te tienes ganada la medalla al mérito del trabajo con distinción "Santo Job"