4 de junio de 2008

EL MISTERIO DE LA VÍA LÁCTEA

Ya sé que llego un poco tarde, pero es que estaba trabajando. Joder, qué sensación tan rara. No puedo descuidarme ni un momento. Mientras perdía el tiempo currando, astronómos de la NASA han descubierto que la Vía Láctea tiene sólo dos brazos en vez de cuatro. No me lo puedo creer. Porque lo dice la NASA que si lo dijera Rappel... En buena lógica, el periodista dice que la Vía Láctea no es como creíamos que era. Cuán cierto es ¿Cómo será que estos tipos siempre aciertan a saber cuáles son las inquietudes del mundo? ¿Quién no ha hurtado en algún momento de su vida algunos minutos e incluso horas para imaginar cómo sería la dichosa constelación? ¿Quién no se ha comprado unos prismáticos para ver al vecino o a la vecina de enfrente y ha acabado distinguiendo Orión de Andromeda? Es un decir. Todos. No mientan. No crean que ha sido fácil llegar a esta histórica conclusión. Han hecho falta ochocientas mil fotografías. Ni que fuera Anita Obregón. Por otra parte, sólo alguna menos de las que traen algunos de las vacaciones de Torrevieja y que, quieras o no, tienes que ver una tarde en casa. Picamos algo y las vemos. Te vas a tronchar. Con todo, lo peor no es el visionado. Mucho más letal resultan las explicaciones de los extras que aparecen en la imagen ¿Te acuerdas cari de este señor del gorro de delfines? Es de Parla, vive al lado de la tía Anita. Ya es casualidad. Y eso era cuando costaba un riñón el revelado. No les digo nada ahora con la fotografía digital ¿Por qué los inventores, antes de parir, no piensan en los efectos colaterales de sus ingenios? Como te pillen en una velada de esas ahora no sólo tienen que darte de cenar sino colocarte una litera. Qué sofocón.